Está indefenso.
Lanús venía de comerse seis jugando con suplentes, y ayer, con titulares, otra vez los errores defensivos fueron la vedette: fallaron los centrales y 0-2 con Libertad.
Maxi campobassi | mcampobassi@ole.com.ar
Blanco en acción en el Sur, contra el siempre duro Libertad de Paraguay.
"Me llena de alegría que me ovacionen, pero la amargura está", dijo Sebastián Blanco.
Dura. Muy dura es esta derrota, una más en lo que va de la temporada. Las cosas no andan bien por Lanús y la sensación de alarma se enciende como la bronca de los hinchas que chiflaron el cierre del partido y se la pasaron buena parte de él "exigiendo" un triunfo en el clásico. Sí, el Grana se juega más que un partido...
Contra Libertad sufrió y pagó carísimos sus errores defensivos aunque ayer le sumó una sorprendente anemia ofensiva. Ya desde el primer tiempo se notó que le costó evitar la tibieza. Se repetió y terminó siendo presa fácil de un Libertad muy bien parado de mitad de cancha hacia atrás, apretadito entre su línea defensiva y media.
El Grana intentó algo medianamente picante por la izquierda, con Blanco, quien contaba con la complicidad de Ayala que lo dejaba libre. Sin embargo, promediando la etapa, el 10 de Lanús se corrió a la derecha y trocó posición con Aguirre, y desde ahí lentamente se fue terminando de diluir lo poco que Lanús había mostrado. Sólo una muy buena combinación entre estos dos protagonistas, que terminó con un fierrazo de Maxi Velázquez, que tocó el travesaño antes de irse detrás del arco de Libertad.
Fue la más clara (otra jugada interesante tuvo como intérprete a Castillejos). Salvo eso, Lanús no le encontró la vuelta al equipo paraguayo, que estaba mejor parado aunque tampoco era un canto a la creación (apenas un cabezazo con cierto riesgo de Víctor Cáceres). Pero, en cierto modo, estaba haciendo un buen negocio en La Fortaleza del Sur.
Y el negocio lo terminó de potenciar en el segundo tiempo, cuando el angustiante momento defensivo por el que está pasando Lanús le regaló la posibilidad de meter dos goles. Y un partido que estaba cerradito tuvo su llave de apertura con los obsequios de Hoyos primero, que aprovechó Rodolfo Gamarra, y de Jadson Viera después, que terminó facturando Pablo Velázquez (el goleador tan pretendido en el receso por River).
Deberá replantearse seria y rápidamente Lanús qué hará con su sistema defensivo. Evidentemente, las cosas no están bien y la confianza va mermando de a poco. No sólo la confianza externa, la que tiene que ver con la gente, sino también la interna, la de los jugadores mismos, que de un momento a otro se van a empezar de reojo (el ejemplo de Boca es más que elocuente). Van cuatro partidos en esta temporada, tres de ellos como local, y a la magra cosecha de una victoria y tres derrotas, hay que sumarle el peligroso "colador" que se generó en el arco propio: 13 goles en cuatro fechas. Muchos, demasiados para un equipo internacional. A pesar de que la bisagra tiene estilo autóctono y se llama Banfield. El clásico, nada menos. El partido que se viene...
El Día del perdón.
Martín Macchiavello | mmacchiavello@ole.com.ar
Si en Lanús, los cráneos del fútbol (los de escritorio, los de video y pizarrón) fuesen matasanos, sin dudas, ya estaríamos bien muertos...
No pegan un diagnóstico estos sabihondos y suicidas de la pelotita. Y sacate por un rato de la cabeza aquellas promesas incumplidas, de los tan mentados tres refuerzos de categoría que algún día llegarán. Tenelo bien claro. Pegá este concepto como un imán en la heladera para que no se olvide. Cuando ellos te dicen que no hace falta (pero de ningún modo, eh), un marcador central, ponele la firma que es así. Porque con uno sólo no hacés nada. Pero enseguida, saldrá el contragolpe y escucharás por enésima vez el recitado de siempre. Sin repetir y sin soplar, comenzando, ya: Hoyos, Viera, Quintana, Erramuspe, Faccioli y, ahora (sin Macalik en Chile), la aparición estrella del pobre Hernán Ezequiel López, campeón con la Quinta... Disco rayado. O bien, sanata pura. Anoche mismo, sin ser teólogo ni parte de la cole, en Arias y Guidi, visto y considerando lo sucedido, deberíamos haber empezado a analizar la celebración del Día del Perdón. Un 21 de junio de 2009, un rubiecito –de quien ya no se recuerda su rostro- se inmoló en nombre del proyecto futbolístico de la institución. Con bastantes evidencias, quedó pegado a un penal en tres dimensiones que le costó al Granate perder un campeonato en manos de Vélez y al pobre Faccioli, porque de él se trata, casi, su trabajo. Desde ahí, hasta hoy, con 28 partidos oficiales por delante, el santafesino sólamente salió de la nevera una vez (1 de octubre, vs Liga de Quito, en casa) para volverse prontito a la nada. A pesar del discurso oficial, Emir ya no existió más para el cuerpo técnico a pesar de sus jóvenes 20 años y 44 partidos con la pilcha del club que lo vio nacer en Primera, y de que se encuentra en perfecto estado de salud y se entrena con el resto de sus compañeros. Sin embargo, parece, que la culpa no fue íntegramente del chancho (aunque cada uno mire para otro lado). Todo es posible. Porque a este Lanús hoy se le pierde hasta un elefante en un ascensor... Y nadie jamás se hará cargo del asunto.
"Fueron jugadas desgraciadas", explicó el también joven entrenador Luis Zubeldía a la salida del tristón 0-2 frente a los paraguayos. Vale decir que el blondo, en siete juegos dirigidos en Copa Libertadores, todavía no consiguió ganar un partido (cuatro empates y tres derrotas), más allá de que los rivales se llamasen Chivas, Everton, Caracas o el pícaro Libertad. Y también vale decir que a diferencia del sábado, del espantoso 3-6 ante Argentinos Juniors, esta vez los que fallaron fueron los titulares. A saber: Santiago Hoyos resultó responsable del primer gol guaraní. Con sus 27 años, 210 juegos en Lanús (con seis expulsiones también), hizo un foul innecesario en la puerta del área, de caliente, de inexperto, y luego pifió en la pelota parada. Pero hubo más... Si hay un tipo que nos cae bien, por su cadencia, sus movimientos, su portuñol, su bonhomía, es Jadson Viera Castro. El brasiguayo no nació ayer. Tiene su rodaje. En el club, 62 partidos. Anteriormente, casi 150 en Danubio (donde fue campeón y considerado el mejor defensa del fútbol charrúa en 2006), y otro puñado en el Atlante mexicano. Hace unas horas, Jadson, quien no se pudo ir a Gremio de Porto Alegre durante este receso, le reconocía a un programa partidario que no tenía novedades sobre la renovación de su contrato, que vence en junio. Hace unas horas, Jadson calculaba muy mal un cabezazo y dejaba expuesto a Marchesín, quien en cuatro partidos, en escasos nueve días, fue 13 veces a buscar la pelota adentro... En definitiva, cualquiera se puede equivocar. Chico, mediano o grande. Complicado recuperar el ánimo así. Agustín, por lo poco protegido que resulta. Caranta, campeón de la Libertadores 2007, por estar engrillado al banco de suplentes. Y ahora, ¿quién podrá defendernos?
¿Existe una solución a esta debacle que excede el marco estadístico de tres derrotas consecutivas e infantilismos varios? ¿Hacía falta romper el chanchito, hacerlo trizas, aplicarle el rifle sanitario, para tener el arco en cero (del ataque hablaremos en otra ocasión) por primera vez en el año? ¿Era un oneroso sacrilegio escribir una linda página en el libro de pases? A ver... Al azar, eh. Miremos en la vidriera de enfrente. ¿Qué tenemos? Un viejo conocido. Pedro Alcides Sarabia, 34 años, camiseta 14. El tipo, en plena cancha, aprovechó el entretiempo para dar su propia charla técnica. Ni antes ni después de esa arenga que poco tuvo de vende humo, no perdío una pelota, no regaló un cruce. Pensar que aquel 12 de agosto de 1997, cuando fue Pingüino por una temporada y lo mandamos a la B delante de ese puñadito de 200 hinchas visitantes que desesperaban, parecía estar en las últimas. Y en la misma ruta... ¿Y al 2 lo viste? Se llama Ismael Benegas, tiene 22 años. ¿Y al 18? Víctor Javier Cáceres, 24 años. Tuve que pegarle una relojeada a la planilla para saber quiénes eran. Al final, lo mismo dio la edad o el apellido. ¿Cuánto te puede salir una porción del pase de estos tipos que anularon a Castillejos, Lagos, Salcedo y toda la lista de buena fe junta? Seguro que un poquito menos que los Fuentes, Colotto, Ortiz... Bah, todos los zagueros que se estuvieron nombrando para narcotizar nuestras esperanzas durante el mercado de verano. Si hasta en tour de compras por Ciudad del Este deben aparecer modelitos semejantes...
Ya pasó. Bastante larga fue la catarsis, ¿no? Y nosotros también nos sentimos loros repitiendo el mismo versito. A pensar en el sábado entonces. Y ya que hablamos de loros, pensemos en verde. En verde y blanco. O en naranja. O en violeta. O en rococó rosado (quién sabe qué modelito estrenarán esta vez). Tenemos un partido para levantar la cabeza. Y para usarla (no sólo para rechazar mordido). Será un partido bisagra. Y la idea, si a nadie le molesta, es que alrededor de las siete de la tarde, los 18 que tengan el privilegio de estar dentro del Pelotero (ex Rasti) y los 5.000 (con los agregados de siempre) que alentemos con orgullo desde afuera, nos juntemos frente a frente en el alambrado para festejar que la calentura quedó atrás. Y así tal vez hagamos una tregua. Y así tal vez, podamos celebrar nuestro propio Día del Perdón...
--PD copera: Exitos con el Morelia en la Copa, Pampa Romero...
--PD cabotaje: Ojalá que, una vez más, no le tiemble la mano señor árbitro mundialista para cobrar penales/mancha en el área local... (Y ojalá que le hayan devuelto el dinero del buzón que Erviti le vendió).
Se olvidó de cómo era...
Lanús no gana en la Copa desde abril de 2008, con Cabrero en el banco, cuando venció a Danubio.
LUIS NUNCA GANÓ POR COPA.
El Granate sigue peleado con la Libertadores. No puede ganar por la copa desde el 15 de abril de 2008, cuando derrotó 2 a 1 a Danubio en Montevideo (goles de Sand y Blanco), bajo el mando de Ramón Cabrero. Después de eso, el ex DT perdió con Atlas y empató con el mismo equipo. Con Zubeldía en el banco, al Granate no le fue bien en el torneo continental. En la Libertadores 09, empató 1-1 enfrentando a Chivas, perdió 3-1 con el Caracas y volvió a igualar en 1 con el Everton chileno en Viña del Mar. En las revanchas, cayó de local 2 a 1 frente a los trasandinos, empató 0 a 0 con Chivas y no encontró respuestas en la última visita al Caracas de Venezuela (fue 1 a 1). Ayer se esperaba que el Grana arrancara una nueva Libertadores ganando, pero estiró la racha negativa. Hace rato no se copa....
No hace escalas.
En 20 días, Lanús debe bancar un trajín de seis partidos, tres con viajes: Perú, Bolivia y Rosario. Jugar la Copa Libertadores no es fácil. Eso está claro. Primero, por la dificultad de los rivales. Y después, por los viajes en medio de la semana, en medio de dos partidos del torneo local. Lanús comenzó a partir de anoche un duro desafío: seis partidos en 20 días, tres con viajes por el interior del país y por el exterior. Un mes de febrero bien movidito...
Ya superado el primer partido, al Grana se le viene primero el clásico con Banfield y luego, de corrido, una serie de tres partidos con gastos de movilidad: el 17 tendrá que viajar a Perú para enfrentar a Universitario, el 21 deberá ir a Rosario para jugar con Newell's y el 25 le tocará ir a Bolivia para cerrar la primera rueda del grupo 4 ante el Blooming. Lo único positivo de esta gira es que el equipo boliviano es de Santa Cruz de la Sierra, en el llano, y no en la altura de La Paz.
El fin de la serie de seis presentaciones será frente a Atlético Tucumán, pero por suerte de local y no en el Norte del país. Era lo único que le faltaba a Lanús para hacerla completa...
Amargo debut.
CASTILLEJOS DISPUTA LA BOLA.
Ya muchos jugadores de este plantel Granate habían jugado Sudamericana. Pero algunos nunca habían tenido la posibilidad de jugar un partido de Libertadores. Los que tuvieron un triste debut fueron Hernán Grana, Marcos Aguirre (fue al banco en la 2008, pero no ingresó), Santiago Salcedo (había jugado para Cerro Porteño, pero con la camiseta de Lanús, es la primera vez) y Gonzalo Castillejos. En el banco de suplentes se quedaron con ganas Erramuspe y Pizarro.
Silbidos taladrantes.
La gente pasó de gritar por el clásico con Banfield al fastidio por los errores propios y a despedir al equipo con muestras de reprobación.
AGUSTIN MARTINEZ ROULET | amroulet@ole.com.ar
LO QUE PINTABA PARA SER UNA NOCHE DE FIESTA, POR EL PARTIDO DE COPA, TERMINÓ MAL.
En el barrio, la procesión comenzó temprano. El movimiento en cada esquina. Los hinchas embanderados detrás de ese color granate que se traduce en orgullo por pertenecer. Justo el debut en la Copa Libertadores a días del clásico ante Banfield. Era todo muy especial para Lanús. Para la gente y para el equipo. Pero el resultado hizo que una jornada que pintaba para fiesta terminara con un duro tropezón.
El Taladro fue el blanco elegido en ese primer tiempo, todas las dedicatorias apuntaban al clásico adversario del sábado. Era pura rivalidad. Que ya van a ver, que te vamos a correr... No más que eso, no se trataba de pedir un triunfo cueste lo que cueste. Al menos en ese momento... Lo que vendría después sería distinto.
Con los goles de Libertad, el de Gamarra y el de Velázquez, el foco de atención cambió radicalmente. Los hinchas dejaron de mirar en Banfield para mirar en sí mismos. En los errores que se cometían y la derrota inevitable que se venía... Principalmente en la platea, primero empezaron a agarrársela con el árbitro, a fastidiarse por algún fallo menor que favorecía a Libertad. Después llegaron los murmullos cuando algo salía mal, como por ejemplo una imprecisión, y la impaciencia frente a la demora de un pase. Nada de insultos generalizados. Sí hubo una coincidencia: el enojo con Hoyos y Viera, la dupla central responsable de un gol y de otro.
A diez minutos del final, sin embargo, la gente estalló y comenzó a irse de la cancha. Y cuando el árbitro marcó el final, llegó la despedida con silbidos. Nadie se acordó de Banfield, nadie en Lanús se imaginaba una derrota así...
Fuente: Diario Ole.
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Punto límite
El Grana sigue cuesta abajo. Perdió en el debut copero como local ante Libertad por 2 a 0, sigue siendo frágil en defensa y, ahora, ni siquiera desnivela en ataque. El sábado visita a Banfield en el Florencio Solo.
Desencanto. Ese sería un término para describir lo que, prematuro quizás, se vive en el Principado. Prematuro porque, si bien recién comienzan las competiciones, se había generado una expectativa desmesurada por declaraciones demagógicas de campaña que no fueron acompañadas por una gestión acorde, que hizo agua tanto a la hora de negociar incorporaciones como a la hora de evaluar con que material se contaba para afrontar dos torneos y ser competitivo siquiera en ambos. Una verdadera pena desde el mensaje, un despropósito desde lo deportivo, que incluye la incineración prematura de juveniles, que no pueden ser potenciados por referentes con una realidad deportiva floja y de perfil demasiado bajo como para cumplir esa función. Es cierto que el Club esta líquido y que cualquiera pretende pasarse de vivo y pedir de más por eso, pero, verdaderamente, ¿se hicieron todas las gestiones?.
El silencio de Luisito, o mejor dicho, el mensaje de que ”Con esto me arreglo”, suena más a obediencia debida que a realidad. No muerdas a la mano que te da de comer. Un técnico hecho en la casa, difícilmente les tire un Scania a sus propios mentores y diga “Si no vienen refuerzos, difícilmente estemos para pelear alguno de los dos frentes”. Y la no presión se intenta cambiar por un mensaje de intento potenciar lo que tengo.
Lanús, partiendo de la base, no es un equipo equilibrado. Esta concebido para atacar, se vuelva fervorosamente en busca de la ventaja, lo que genera espacios en defensa por el simple principio de la Manta Corta que rige al fútbol. Para jugar de esa manera, se necesitan jugadores en defensa capaces de hacerle frente al desafío de jugar desguarnecidos, de ganar en los mano a mano, preparados para encontrarse con rivales que lleguen aprovechando las ventajas lógicas que da un equipo que se vuelca decididamente a atacar. Hoy Lanús no tiene esos jugadores. Y lo paga. Tanto en las lógicas, como citamos anteriormente, como en las no tanto. Como dijimos en el primer párrafo, parte de la columna vertebral del equipo esta resentida por un nivel bajísimo de sus componentes. Los centrales, en particular, están en su peor momento. Y el sistema defensivo, además, falla. Estas dos apreciaciones se refrendan en cada gol de Libertad: el primero, de un tiro libre que después de rebotar, encuentra a Gamarra sólo (antes del rebote, no tenía marca aparente). El segundo, con fallas groseras de ambos centrales, donde Hoyos parece primero amagar a cortar y donde Jadson evidencia una reacción que dista muchísimo de ser la de un central de primera división.
Si a todo esto encima el ataque genera poco y nada, estamos muertos. Porque las jugadas de laboratorio no aparecen. Porque nadie patea de media distancia. Porque los ejecutores de los tiros libres no le ganan a la barrera. Porque los centros no son demasiado buenos y, como si fuera poco, tampoco es un equipo que tenga buenos cabeceadores. Es deprimente tener que escribir esto y quedarse con el vaso medio vacio, pero el panorama hace que el medio lleno, si está, no se vea, no se vislumbre. Y obviamente, todo retroalimentado por las falsas promesas de las que hablamos en el primer párrafo.
Está complicado el panorama para Lanús. Más alla de que el partido lugareño revista un carácter final del mundo y pueda ser el espaldarazo que este equipo necesite, para que, a partir de un resultado positivo, se pueda trabajar mejor y corregir, lo muchísimo que tiene por corregir para poder ser competitivo, como diría el siempre y cada día más grande Ramón, “La realidad marca…” que se necesitan cambios drásticos para poder alimentar la posibilidad de conseguir un resultado positivo. Es necesario proteger esa zona de debilidad absoluta que tiene Lanús, llamada defensa, desde la cual se empiezan a construir los grandes equipos. Siguiendo este precepto a raja tabla, no hay que ir demasiado lejos, para encontrar como se pudo hacer historia con un equipo bien medio pelo, bien mediocre, como fue el Banfield campeón. Entiéndase que no digo que es el camino a seguir, sino que el concepto de hacerse fuerte de atrás hacia adelante es vital y, entre otras cosas, logró que once muertos queden en la historia, para terminar de ser gráfico si se quiere.
Lanús llegó a un punto en el que es vital no perder más. Jugará el próximo sábado un partido aparte por todo lo que genera ese partido y tendrá por delante una oportunidad única de conseguir, a través de un resultado, el timonazo necesario para revertir, de a poco, la desilusión que esta campaña está generando. Hay muchísimo por trabajar, por revertir. Es hora de demostrar madurez y aprender que de lo transitado y de los errores, tambien se aprende.
Por Gaston Cuccaro
Fuente: www.lanus.com.ar
CA Lanús Libertad
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| *dts: Definido en tiempo suplementario **dpp: Definición por penales | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Árbitro Principal: SENEME Wilson (BRA) Árbitro Asistente 1: ROCHA Alessandro Álvaro (BRA) Árbitro Asistente 2: BERKENBROCK Carlos (BRA) Cuarto Árbitro: FAGUNDES Salvio (BRA) | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
CA Lanús | Libertad | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Suplentes | Suplentes | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Director Técnico | Director Técnico | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
ZUBELDÍA Luis | TORRENTE Javier | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Amonestados | Amonestados | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Expulsados | Expulsados | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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