Demostramos quien es el capo del SUR, en la cancha y en la tribuna.





Demostramos quien es el capo del SUR, en la cancha y en la tribuna.

Lanús le ganó el clásico a Banfield y se afianzó arriba a falta de 12 puntos.
El gol fue por Sand, quien le puso el pecho a un centro de Velázquez y, sin tocarla, engañó al arquero...

FACUNDO DE PALMA | fdepalma@ole.com.ar
Sand en medio del festejo. El distrajo y gol de Velázquez.

Maxi Velázquez debería dejarle el gol a Sand. Por cábala, por el sueño que ya se hizo realidad y se asoma otra vez entre las sábanas. Goleador y egoísta, Pepe salió festejando un gol que no le pertenecía, que se encontró camino al arco, pero ni el flameo de su camiseta tocó la pelota. Fue todo de Velázquez. Pero si Sand tiene mérito en el gol es cómo infló el pecho para engañar a todos, para tenderle una celada a un Lucchetti que quedó zapateando a mitad de camino, y a sus compañeros, para simular que fue suyo. Pepe lo festejó como propio, vivo, conocedor de que alguna vez marcó un doblete, en el mismo clásico, en el mismo estadio y en aquel histórico Apertura 2007. Si Sand es papá Pepe, además de un cuchillero correntino que, cuando no la mete, expone sentido colectivo; si se repite la victoria en el derby; si cuando no hay fútbol (que le sobra) el equipo muestra agallas y tenacidad; si depende de sí mismo, si lo canta su gente... ¿Por qué no decir que Lanús, otra vez, está para campeón?

Si Sebastián Blanco sigue montado en sus patines; si sostiene el equilibrio en Fritzler, un Gago telúrico que ayer mostró (es cierto que con cierta complicidad de Pezzotta) cómo se juega un clásico: concentrado, voluntarioso y lúcido. Y si tiene un valor que le falta al resto de los aspirantes al título: un plantel que ya fue campeón y que tiene experiencia en el manejo de tiempos y distancias en la recta final. ¿Por qué no decirlo?

El equipo del carilindo Zubeldía es perverso. Te arropa, te muestra cara de buenos amigos y, en el momento menos esperado, te somete. Porque Lanús no había hecho más que Banfield cuando llegó el gol, pero le bastó ese exiguo festejo para llevarse el clásico. Ayudado, en buena parte, por un rival que equivocó el libreto. Falcioni quizá tomó nota de que el único rival que puso de rodillas al Granate fue el ultra lírico Huracán de Cappa, y entonces salió al golpe por golpe con un mediocampo lleno de sensibilidad y desequilibrio. Y no están los equipos de Pelusa para el tiki-tiki. Por eso se acomodó mejor en el segundo tiempo, aun con uno menos, cuando puso más roca que seda y empujó como quien quiere entrar al subte a las ocho de la mañana; no le alcanzó y debió resignarse a esperar el próximo tren y a mirar, otra vez, con el rabillo del ojo al promedio.

Lanús ganó por su pecho inflado, no goleó porque Salvio parecía seguir enceguecido por el encandilamiento de haber visto a Maradona, tuvo un astuto goleador, mostró que sabe atrincherarse y se guardó muchos conejos. Con todo eso, ¿por qué no decirlo?

Zubeldía que me quieras
Los hinchas de Lanús, en pleno goce, cantaron que de la mano de su joven DT la vuelta van a dar. "La gente empezó a ganar el partido", devolvió Luis.
AGUSTIN MARTINEZ ROULET | amroulet@ole.com.ar

El romance, oficial, a la vista de todos, se hizo público en el debut del entrenador más joven del fútbol argentino, en el partido contra Racing, allá por febrero. La música, la más maravillosa para cualquier DT, bajó como una catarata de la tribuna. "Que de la mano, de Zubeldía, todos la vuelta, vamos a dar", atronó aquella vez en la cancha de Lanús. Ayer, la misma melodía sonó como nunca, esta vez en territorio enemigo, en pleno clásico, a minutos del final de un partido que puede llegar a ser clave en el camino al título... "El partido lo empezó a ganar la gente", declaró Luis Zubeldía, todavía metido en su apretada camisa blanca, arremangada, con mucho estilo...

No es Zubeldía un entrenador muy expresivo a la hora de contar sus alegrías. Por el contrario, las palomas siempre pueden esperar, como el cielo. "Todavía falta mucho, resta un camino largo por recorrer", pisó el freno el ex ayudante de Ramón Cabrero, quien hoy contempla todo desde Medellín, embarcado en su desafío de dirigir al Atlético Nacional de Colombia.

Más allá de la identidad que el joven de 28 años ya les contagió a sus jugadores, muchos de ellos mayores que él, Zubeldía es consciente de que ahora, para el objetivo final, todo suma en la gran pelea: "El equipo jugó a lo que tenía que jugar. Ahora hay que ganar como sea", comentó con pragmatismo.

Cómo hará, desde su juventud, para bajarle el entusiasmo a toda esa gente que ayer le reiteró todo su amor antes de que se consumara el golpe al equipo de Falcioni. Esa gente, unos 9.000 exponentes de tanta pasión, sólo piensa en otro título, como en el 2007, cuando él, Zubeldía, era el pichón que prometía. La promesa hoy es una realidad. El destino y San Lorenzo (L), Arsenal (V), Vélez (L) y San Martín en Tucumán dirán si ese rubio que está del otro lado de la raya se puede convertir en el técnico más joven de la historia del fútbol argentino en ganar un título...

DE FRENTE: LANUS
¿0-5? Cerca del 3 a 0
MARTIN MACCHIAVELLO | mmacchiavello@ole.com.ar

Yo sospecho, tú sospechas, él sospecha. Maglio era pivot de Lanús, dice la gilada. Desde ahora, Pezzotta será un ficticio ayuda base... Lo mismo da. Confabulación pura. Ni 3.400 populares a la venta ni diez partidos de ventaja en el historial. Algunos números resultan relativos. Nuestra realidad, no. Siempre seremos una alegre fila en busca de la entrada por el campeonato. Jamás un banderazo lacrimógeno en la puerta de la AFA con nueve pobres tipos. Sí, para llorar. Porque Excursio fue puro llanto (y puro pelotazo). Todos se tiran a la pileta. Son todos Phelps (no por el caso de doping, eh). Así marchó Silva, el 9 de Lafe. Así marcharon los iluminados de la platea, con su collage del irrepetible 5-0. Ni los yanquis hacen cosas tan pelotudas (como gritar goles que no entran). Atrás de su arco fue más cómico aún: ¡tiran papelitos con una máquina! Sospecho que son pecho. Sospecho que fue gol de Velázquez aunque Sand la haya rozado con el recuerdo. Sospecho que fuimos por el segundo mientras empezábamos a asegurarnos el tercero (digo, 96, 07, 09). Sospecho que la vuelta gozadora de Chiquito en la previa, en el área chica de San Miguel, era un todo anuncio. Sospecho que la historia se repite. Sospecho que habrá pingüinos inmolados en pleno invierno...

Domingo 24,
Mayo de 2009

¿ESTA PARA CAMPEON?

Lanús encara con solidez el camino hacia el título
Quizás no brille, pero tiene variantes y una gran cuota de templanza

ANALISIS: ALBERTO BALLESTERO

Lanús está transitando el tramo final del camino hacia la consolidación definitiva. Si logra el título, habrá conseguido algo muy importante: dos torneos en otras tantas temporadas algo que, si bien era muy difícil de imaginar para un equipo que no es denominado “grande”, de darse, llegará evidentemente como producto de un trabajo serio y a conciencia, que viene realizando la institución y que viene ya desde hace unos cuantos años. Pero claro que todavía restan cuatro fechas y el resultado del partido de Vélez de hoy, marcará la diferencia con la que encarará estas últimas cuatro fechas. Entonces, más allá de las declaraciones de rigor de los protagonistas, el hincha se pregunta si el equipo está para campeón.
Como antecedente más cercano, Lanús muestra como pergaminos haber ganado los dos últimos partidos. El de ayer, con el valor agregado de tratarse de un clásico, con el plus en lo anímico que ello supone. Una de las cartas que Lanús tiene para jugar, es evidentemente el hecho de depender de sí mismo. El hecho de ganar todos los partidos, lo clasificará automáticamente como campeón. Claro que la ruta no será sencilla ya que uno de los escollos que se le presentará, será nada menos que Vélez Sársfield, uno de los máximos aspirantes al título, a quien recibirá en la penúltima fecha del certamen.
Y ayer, mostró la misma templanza para sostener el resultado, que había exhibido también la semana pasada, para dar vuelta una historia que amagaba con escribir capítulos negativos, ante Rosario Central. A partir de la seguridad que transmite Carlos Bossio (Chiquito parece estar pasando por un muy buen momento), Lanús se afirma como equipo. En la defensa, por ejemplo, siente claro está la ausencia de Hoyos, pero el retorno de Jadson Viera, le da una cuota de seguridad y Faccioli, juega más tranquilo. En el mediocampo, tiene en Matías Fritzler a un tractor, que corta y entrega la pelota redonda y le da respaldo ya sea a Diego González o a Sebastián Salomón y por los costados, mientras espera a Diego Valeri, cuenta con un Sebastián Blanco que puede moverse por ambas bandas y con la versatilidad de Eduardo Salvio, devenido a volante por un acierto de Luis Zubeldía, un técnico joven, capaz y con inquietudes y que demuestra la importancia de seguir apostando a un mismo proceso. Adelante, todo parece eclipsarse a partir del protagonismo del Pepe José Sand, pero Diego Lagos, quien está jugando actualmente, pero Biglieri y Menéndez, son buenas alternativas. Con esas armas, Lanús demuestra que puede ser campeón.


PUNTOS FUERTES

PERSONALIDAD

El equipo no se desespera en los tramos desfavorables de los partidos y tiene la templanza para capitalizar los buenos y así, obtener el mejor rédito.

ORDEN TACTICO

Lanús ofrece capacidad de lucha en sus volantes centrales y cuando esa línea es superada, la defensa responde acertadamente, para solventar situaciones.

VERSATILIDAD

De mitad de cancha hacia adelante, el puntero tiene jugadores que se ofrecen como variantes, en distintos roles y un tremendo goleador como el Pepe Sand.


SUS CUATRO RIVALES




BANFIELD 0 - LANUS 1
Una panzada granate: dueño del barrio y de la punta
Sand
, con el estómago, le dio a Lanús tres puntos con mucho sabor

COMENTARIO: PABLO VIGNOLA

A esta altura de la carrera hay un solo elemento que cotiza más alto que la victoria: conseguirla frente al rival del barrio. Y Lanús, que no jugó con la brillantez que lo trasladó a la cúspide de la competencia, se dio el gran gusto de quedarse con el clásico del Sur, vencer a Banfield y afirmarse como líder del torneo, a cuatro capítulos del final.
Es exagerado reclamarle a un protagonista, en el contexto de las miseras en las que navega el fútbol argentino, efectividad y lucidez. Pero, en el caso de Lanús, uno se atreve a subir la apuesta de los reclamos, en parte porque los jugadores de Zubeldía nos acostumbraron a un estilo fresco, resuelto y valiente para escribir el argumento de su propia historia. Y, en esta ocasión cumplió con sus obligaciones matemáticas pero quedó en deuda con su habitual exposición de fútbol.
Claro que era el clásico, con todos los detalles privados que ello implica. Por eso, al momento de ordenar sus prioridades, se encargó de poner los pies sobre la tierra y entender que lo más valioso era la victoria que persiguió con su oficio, su personalidad, su aplomo y su frialdad, cualidades que quedaron sintetizadas en el panzazo con que Sand desubicó a Lucchetti y transformó en gol de tres pruntos el zurdazo al arco de Velázquez.
Esa jugada se armó sobre la media hora de un partido apretado, con ojos abiertos y dientes apretados. En el que ninguno se daba ventaja y en el que las precauciones dominaban a los riesgos en favor del desequilibrio. Hasta ese momento todos habían sido intentos con munición de fogueo; y desde allí, la carta astral del juego se modificó. Porque Banfield recibió un golpe detrás del otro: el gol de Lanús y la expulsión de Bustos en una protesta desmedida (reclamaron un off side inexistente de Sand apoyados en el amago del asistente Tadeo que en un primer momento levantó la bandera pero Pezzotta ignoró). Entonces todo se hizo cuesta arriba para un Banfield que había llegado diezmado al clásico con la cuestionada expulsión de Silva ante Newell’s. Falcioni no tuvo muchas cartas a mano para jugar: mandó a Pío para liberar a Erviti y a Bertolo primero, y sumó después a Cristian García buscando la explosión que nunca encontró. Banfield se repitió con pelotazos frontales y le hizo sencilla la resistencia a Lanús que, sin hacer valer el hombre de más, desaprovechó varias réplicas: Blanco de zurda a las manos de Lucchetti, Sand exigiendo al arquero con un tiro libre, un cabezazo de Sand apenas desviado, un remate cruzado del goleador que se fue por muy poco, Salvio desde el piso probando a Lucchetti y el propio Salvio, solo, rematando por arriba.
Todos esos intentos de Lanús tuvieron su raíz en las ventajas que ofrecía Banfield desde su apuro y no en el juego colectivo que se desmembraba en las imprecisiones de Blanco y en las intermitencias de Salvio. En ese contexto, Banfield también tuvo sus aproximaciones con un tiro bajo de Fernández que besó el palo, un zurdazo cruzado de Fernández que increíblemente no entró, un tiro de Bertolo que atajó Bossio y un cabezazo terrible de Bertolo que manoteó el arquero y pegó en el palo.
Así se fue el partido, entre los nervios de un Banfield que se quedó sin fuerzas para inquietar (y se fue aplaudido por su gente en reconocimiento de la entrega) y la felicidad de Lanús que se sintió ganador aún lejos de su funcionamiento demoledor de otras jornadas. Pero le ganó a su rival de siempre y está primero relamiéndose con el título: ¿se le puede pedir más?

SINTESIS
BANFIELD - LANUS




CLAVES DEL PARTIDO

PULSO DE CIRUJANO

Lanús no perdona. Cuando no aparece su fútbol virtuoso recurre a su memoria emotiva y liquida a su rival con una combinación aceitada y la infalible presencia de Sand para hacer goles hasta con el ombligo.

SEGUNDO GOLPE

La expulsión de Bustos fue el tiro de gracia que recibió Banfield en el clásico. Y en este caso hay que hablar de suicidio, porque el reclamo -con el gol sancionado- fue innecesario e imprudente.

ORDEN Y CONFIANZA

El líder está muy bien en el aspecto espiritual. Desde esa fortaleza defendió su ventaja y si bien no logró asegurar temprano el triunfo, se acomodó como para no pasar muchos sobresaltos.

NUNCA ESTA AL PEPE
Sand pagó con su mejor arma y definió el duelo
Culminó una semana especial y vuelve a ser el único goleador

José Pepe Sand terminó de la mejor manera una semana muy especial para él. Primero, por el hecho de haber jugado, aunque más no sea 45 minutos con la camiseta de la Selección Nacional, versión local. Y luego, marcando nada menos que el gol que definió el clásico, que lo vuelve a posicionar como el único goleador del torneo.
Y como buen delantero, genera amores y odios. La gente de Banfield, club por donde pasó, tomó poco menos que como una afrenta el hecho de que haya sido él y de una manera poco ortodoxa, el que liquidara el partido. Luego de permanecer durante largo tiempo en el control antidóping, se fue sin efectuar declaraciones. Después de todo, el habla donde más duele, en el área rival.
En tanto que la figura Matías Fritzler manifestó que “nuestra mayor virtud, creo que es nuestro convencimiento, saber a lo que juega el equipo. De la experiencia que obtuvo en estos años de jugar todos juntos y el no apartarse de una línea. ¿El título?, en estos dos últimos partidos dimos pasos importantísimos. Un equipo que quiere salir campeón debe ganarlos y lo hizo”.
Con relación a la jugada que lo tuvo como protagonista junto con Barrales, aseguró que “me da risa. Barrales me golpea de atrás, ni lo veo y me podía haberme llevado la peor parte. Gracias a Dios, eligió mal el lugar donde pegarme”.
Por su parte, el volante Sebastián Blanco señaló que “hicimos lo que teníamos que hacer, ganamos un partido durísimo, con jerarquía y nivel. Jugamos con concentración, ganas y buscando siempre el arco rival. Habrá que ver como lo va a Vélez. Estamos felices, pero tranquilos a la vez. Ahora tenemos un partido clave, ante San Lorenzo, para ir más tranquilos al receso”.
En otro orden de cosas, el doctor Juan Manuel Olivera, confirmó que Diego Lagos, que abandonó la cancha antes del final del partido, sufrió un golpe en la cintura y su presencia, para el partido ante San Lorenzo, está en duda.


uno por uno

LA FIGURA: MATIAS FRITZLER (7)
Aunque esta vez Lanús no se caracterizó por su juego colectivo, el Polaco fue quien mantuvo el nivel de un equipo líder. Robo mucho en el medio y marcó los tiempos del Grana en el clásico.

CARLOS BOSSIO (7)
fue el responsable de que el equipo mantuviese la victoria hasta el final: sacó una para el infarto.

RODOLFO GRAIEB (5)
tuvo presencia en la marca de su sector, pero no desbordó casi nunca pese a la superioridad numérica.

JADSON VIERA (6)
por momentos fue una muralla muy difícil de superar y patrón en las alturas.

EMIR FACCIOLI (5)
no tuvo complicaciones groseras, pero fue uno de los bemoles.

MAXIMILIANO VELAZQUEZ (6)
responsabilidad absoluta en el desnivel del marcador, pese a que su función es la marca.

EDUARDO SALVIO
(4)

una sombra de aquel que todos hablan desde el campeonato pasado. Tal vez cansado por la Selección.

DIEGO GONZALEZ
(6)

fue el complemento ideal de la figura de la cancha y hasta estuvo cerca de meter el segundo.

SEBASTIAN BLANCO (4)
otro que no anduvo en su nivel, que lo llevó a ser convocado por Maradona.

DIEGO LAGOS (5)
fue algo más punzante en el primer tiempo, pero se cayó después.

JOSE SAND (6)
otra vez metió el gol del clásico: desvió con el pecho la pelota y después buscó incansablemente otro.

EDUARDO LEDESMA (5)
entró con la función de liberar a Blanco, quien hasta la expulsión jugaba muy retrasado.

CARLOS ARCE Y MARIO ZANINOVIC
sumaron minutos en Primera: el primero aventaja un poco al segundo, que debutó ayer.


ZUBELDIA, ENTUSIASMADO
“Quedan doce puntos, pero estamos cerca”
El técnico reconoció a los suyos y agradeció a la gente

Abanderado habitual de la mesura, esta vez Luis Zubeldía no pudo menos que entregarse, caer en las mieles de una victoria tan resonante. En un principio manifestó que “todos los partidos son importantes”. Pero enseguida reconoció que “no creo que un equipo sea mejor o peor por ganar un clásico, pero el hecho de ganarlo, te da un plus. Quedan doce puntos, pero estamos cerca. Estos últimos tres años y medio te marcan que Lanús es un gran equipo”.
Luego, reconoció a sus dirigidos al decir que “siempre dan lo máximo. Esta vez se vio reflejado más, porque es un clásico y ganamos y la entrega de sus jugadores, toma mucho más volumen, pero siempre es la misma. A mi eso no me llama la atención”.
Por último, con relación a lo que le cantó la hinchada (“que de la mano, de Zubeldía, todos la vuelta vamos a dar”) manifestó que “es muy lindo, le doy mi agradecimiento. Lo cantaron hace ocho meses y lo siguen diciendo. La hinchada ya empezó a ganar, con la cantidad de gente que puso en la tribuna y como alentó”.


¿ESTA PARA CAMPEON?
Lanús encara con solidez el camino hacia el título
Quizás no brille, pero tiene variantes y una gran cuota de templanza

ANALISIS: ALBERTO BALLESTERO

Lanús está transitando el tramo final del camino hacia la consolidación definitiva. Si logra el título, habrá conseguido algo muy importante: dos torneos en otras tantas temporadas algo que, si bien era muy difícil de imaginar para un equipo que no es denominado “grande”, de darse, llegará evidentemente como producto de un trabajo serio y a conciencia, que viene realizando la institución y que viene ya desde hace unos cuantos años. Pero claro que todavía restan cuatro fechas y el resultado del partido de Vélez de hoy, marcará la diferencia con la que encarará estas últimas cuatro fechas. Entonces, más allá de las declaraciones de rigor de los protagonistas, el hincha se pregunta si el equipo está para campeón.
Como antecedente más cercano, Lanús muestra como pergaminos haber ganado los dos últimos partidos. El de ayer, con el valor agregado de tratarse de un clásico, con el plus en lo anímico que ello supone. Una de las cartas que Lanús tiene para jugar, es evidentemente el hecho de depender de sí mismo. El hecho de ganar todos los partidos, lo clasificará automáticamente como campeón. Claro que la ruta no será sencilla ya que uno de los escollos que se le presentará, será nada menos que Vélez Sársfield, uno de los máximos aspirantes al título, a quien recibirá en la penúltima fecha del certamen.
Y ayer, mostró la misma templanza para sostener el resultado, que había exhibido también la semana pasada, para dar vuelta una historia que amagaba con escribir capítulos negativos, ante Rosario Central. A partir de la seguridad que transmite Carlos Bossio (Chiquito parece estar pasando por un muy buen momento), Lanús se afirma como equipo. En la defensa, por ejemplo, siente claro está la ausencia de Hoyos, pero el retorno de Jadson Viera, le da una cuota de seguridad y Faccioli, juega más tranquilo. En el mediocampo, tiene en Matías Fritzler a un tractor, que corta y entrega la pelota redonda y le da respaldo ya sea a Diego González o a Sebastián Salomón y por los costados, mientras espera a Diego Valeri, cuenta con un Sebastián Blanco que puede moverse por ambas bandas y con la versatilidad de Eduardo Salvio, devenido a volante por un acierto de Luis Zubeldía, un técnico joven, capaz y con inquietudes y que demuestra la importancia de seguir apostando a un mismo proceso. Adelante, todo parece eclipsarse a partir del protagonismo del Pepe José Sand, pero Diego Lagos, quien está jugando actualmente, pero Biglieri y Menéndez, son buenas alternativas. Con esas armas, Lanús demuestra que puede ser campeón.

fuente http://www.diariopopular.com.ar/

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Banfield 0 - Lanús 1



Lo ganó en todos lados




"Es una alegría que le regalamos a la gente. Ellos fueron los que empezaron a ganar el partido. Fue impresionante la cantidad de gente que vino, y lo que nos alentó". La palabra de Luis Zubeldía lo dice todo. Lanús fue más que el Taladro, en todos lados. Primero en la cancha, porque los jugadores consiguieron la victoria, con lo justo, pero solo porque pecó a la hora de definir todas las situaciones del segundo tiempo. Fue 1 a 0, con gol de Velázquez.Y después en las tribunas, donde los hinchas Granates dieron cátedra y ganaron, ahí si, por goleada. Triplicando la cantidad de hinchas que se había estipulado que podían ingresar y copando toda la popular ante la atenta mirada de la gente local que no podía creer lo que estaba pasando.No parando de alentar durante todo el encuentro. Una verdadera fiesta que se va a recordar para siempre. Y si, lo dijo el Diego... En el Sur, son todos de Lanús.


¿El partido? Desde el vamos, el clima que se vivía previamente era el de una verdadera final. De los dos lados. Nervios, ansiedad. Los clásicos son así: un partido aparte en el campeonato. En esta ocasión, con algo que ya es una costumbre: cada equipo vivía una realidad diferente. Lanús, con la responsabilidad de defender la punta para seguir metido en la lucha por el título, y Banfield, con el fantasma de la Promoción apretándole los tobillos. Ese mismo panorama se vio reflejado dentro de la cancha. Fue el equipo de Zubeldía el que propuso. El que intentó jugar al fútbol. Por abajo, como acostumbra. Mientras que los de Falcioni, solo atinaron a ir avanzando a puro pelotazo. Ganando terreno, como en el rugby. La primera situación de peligro la tuvo el Grana. Contra. Centro de Sand. Lagos que le baja y la toca atrás, para la entrada de Blanco que remata de primera. La pelota terminó siendo interceptada por Nasuti, sino tenía destino de gol. Al ratito, fue el mismo defensor el que salvó a su equipo otra vez rozando de cabeza un centro frontal con lo justo. Si no, Pepe ya se relamía para gritar el primero. Hasta que a los 28´, Blanco encaró por la izquierda, junto gente de Banfield, descargó para la entrada de Velázquez, quien con un centro envenenado que se desvió en Devaca, y que Sand no llegó a tocar por muy poquito, terminó gritando el único tanto del encuentro. En ese mismo momento, Pezzotta, le mostraba la tarjeta roja a Bustos por protestar. A priori, parecía que el partido se le abría a Lanús. Que podía liquidarlo, ganarlo con tranquilidad. Pero no. Para ser campeón, hay que sufrir hasta el último momento. Y así fue.
En la segunda parte, Banfield salió más encendido. De la mano de Bertolo y Fernández, el Taladro tuvo situaciones para empatar. Primero con un tiro libre del uruguayo, que todo el estadio vio adentro del arco de Chiquito. Aunque la pelota había dado en la red del costado. Cerca. Bertolo, por su parte, iba a tener dos: una, con un remate débil desde la medialuna del área que controló Bossio. Y la otra, la más clara, tras un cabezazo que el arquero manoteó al lado del palo. Era gol. También Cristian García iba a tener su chance ni bien había ingresado por Barrales. El delantero quedó mano a mano con Chiquito, picó la pelota con mucha clase, pero su remate finalmente se terminó yendo muy cerquita. A todo esto, Lanús también tenía lo suyo. Y con situaciones mucho más claras aún. Sin embargo, no podía liquidarlo por la falta de puntería. Pepe tuvo dos: una de cabeza que se fue al lado del palo, y otra que mano a mano con Lucchetti la tiró afuera. Salvio, también iba a tener lo suyo. Sobre todo en el final, cuando increíblemente, remató por arriba del travesaño su remate. El resto, más de lo mismo. Centros que llovían al área del Grana sin sentido. Y alguna que otra contra de Lanús que terminaba por el camino equivocado. Así fue nomás. Victoria. Alegría. Felicidad. Destino de Grandeza para nosotros. Destino de tristeza, para otros.

La gente, una vez más, se retiró al grito "que de la mano de Zubeldía todos la vuelta vamos a dar". Quedan cuatro batallas más. El sueño está cada vez más cerca.

Banfield: Lucchetti; Devaca, Nasuti, López, Bustamante; Bertolo, Bustos, Raymonda, Erviti; Fernández, Barrales.
Cambios: PT 42´ Pio x Raymonda. ST 55´ C. García x Barrales y 71´ J. Rodríguez x Erviti.
Suplentes: Bologna, Barraza, Broggi y Laso.

Amonestados: Lucchetti, Nasuti, Pio.
Expulsado: PT 29´ Bustos.

Lanús: Bossio; Graieb, Viera, Faccioli, Velázquez; Salvio, González, Fritzler, Blanco; Lagos, Sand.
Cambios: PT 28´Ledesma x Lagos. ST 83´ Arce x Blanco, 90 Zaninovik x Salvio.
Amonestados: Viera, Fritzler.

Gol: PT 28´ M. Velázquez.

Arbitro: Sergio Pezzotta.

Estadio. Florencio Sola.



RESERVA

Banfield 1
Lanús 1

Se le escapó al final

Al equipo de Armando González se le escapó un partido increíble. Ganaba tranquilo con el tanto anotado por Germán Cano en la primera parte. Sin embargo, falló a la hora de liquidarlo, y sobre el final el árbitro le cobró un penal en contra que sentenció su suerte. Fue empate. Caranta otra vez fue el arquero y capitán del equipo Granate.


Banfield: López, Robledo, Bugato, Toledo, Sardella, Dos Santos, Di Vanni, Gómez, Ferreyra, González, Vergara.
DT: Raúl Wensel.
Suplentes: Torres, Basaldúa, González, Pereyra, Galeano.

Lanús: Caranta, Macalik, Benítez, Pérez, Benítez, Erramuspe, Ramírez, Aparicio, Cano, Lugo, Carrasco.
DT: Armando González.
Suplentes: Moyano, Balbi, Pizarro, Lolli, Sánchez.

Goles: Cano (L), Galeano (B).

Arbitro: Martín Giampaolo.

Fuente:http://www.clublanus.com/noticias.php?id=2155

Piragüismo
24/5/2009
De pecho a los pechos

Lanús derrotó por un gol a Banfield con una simulación de tetazo del Pepe Sand, tras un centro de Velázquez, el verdadero autor de la conquista. El Grana se aprovechó de los nervios frescos y prácticamente controló a un rival que sólo propuso pelotazos para torcer una historia que ya estaba escrita.

”… el cinco a cero ¿de que sirvió?, salgan campeones la p… que lo p…” anónimo, contemporaneo.

A nuestro amigo Granate, el Gordo Ptll (disimulá que ya se están dando cuenta…).

No me cierran los números.
¿3000?¿?¿1,227? ¿112=0?? No me debería extrañar que viene de parte de aquellos que alguna vez dijeron llevar 12.000 de visitante… Ahora, no se cómo disfrazan 9000 con 3000 entradas disponibles. ¿Hubo una reproducción de granates en plena cabecera fresca? Difícil dar certeza, lo que si podemos hablar de un coito superlativus ininterruptus por un buen rato.
Lanús comenzó a ganar el lugareño desde bien temprano, cuando faltaba más de una hora y la policía decidió agrandar el espacio otorgado para su parcialidad y desató la furia de los plateistas del taladro, los mismos que prepararon una coreografía solo para exhibir un 0-5 que solo lo recuerdan los que compraron aquel DVD. Desde esta columna y como sugerencia de nuestro amigo Cayetano Bolvé, aprovechando que el tala usó todos los colores de camiseta, para la próxima coreo sugerimos que armen la señal de ajuste, símbolo de la nada misma en cuanto a TV se refiere y símbolo de las vitrinas frescas, listas para estrenarse pero que cada año vaya uno a saber qué sucede (che, que flojo Maglio…), quedan sin uso, virginales si se quiere.
Con ese panorama y un jugador más ocupando la cabecera “Campeón Moral 1951” (no se rían, es cierto), el Grana sabía que enfrente tenía un rival que se iba a jugar todo para evitar el suceso ajeno. Conciente de eso, la virtud de Lanús fue la concentración. Una verdadera lección que estos partidos no se ganan de pico ni con manuales de historia con olor a naftalina. Quizás faltó contundencia para que sea una masacre futbolística, pero no era necesario. Mirar a la platea o a la Mouriño y ver a esa gente desencajada nos hizo conscientes de que con un gol les podíamos cagar la vida tranquilamente. Y así fue nomás.
En los puntos más altos, Fritzler y González, posiciones cuestionadas por momentos desde esta columna, que manejaron el partido a su antojo, gracias también a la gentileza de Bustos, que se hizo expulsar tontamente, aunque algunos dicen que, por sugerencia de un amigo en la institución vecina, le sirvió para apersonarse a la puerta de acceso a la tribuna visitante, para contar uno por uno los asistentes a ese sector.
El vaso medio vacío, en el que no preferimos ahondar pero si mirar de reojo, algunas actuaciones individuales en defensa no tan convincentes como el resto del equipo y la falta de contundencia final. Un bochazo nos podría haber dejado sin dos puntos importantísimos en la lucha por la tercer estrella. Con otro gol, al menos, se evitaba cualquier riesgo, que de hecho no se corrió salvo alguna que otro manotazo de ahogado de los locales.
De la gente de Lanús no hay mucho más para agregar que lo demostrado una vez más en estos encuentros y lo percibido por los jugadores dentro del campo. Lo empezamos a ganar desde la tribuna, adujeron felices tanto Blanco como Zubeldìa. Y por qué no también citar que verdaderamente les hicimos un asado para 60 personas bajo el agua, copando una tribuna para 10.000 personas con solo 3000 entradas a la venta. “¿Querés chorizo? Yo te lo doy...”, esbozaron parrilleros anónimos pero tan granates como Máquina y el Gato.
La cruzada por una nueva estrella nos lleva ahora a una Fortaleza, que deberá recibir a San Lorenzo de Almagro, un grande de nuestro fútbol que anda merodeando por la intrascendencia pero que, como tal, merece toda la consideración y mucho más, si se tiene en cuenta que hoy en día los rivales fáciles prácticamente no existen. Solamente son aquellos con jugadores que se hacen echar, los que no preguntan si el tiro libre es directo o indirecto, o los que son recibidos en el entre tiempo por una hinchada que solita se baja los pantalones, cantando “aunque ganes o pierdas” con 45 minutos para revertir el panorama por delante.
Lanús deberá mantener esa concentración para jugar casi quirúrgicamente cuando el partido se podía complicar y agregarle una cuota de contundencia cuando las situaciones aparecen. Todo depende de nosotros, vamos por más como manda nuestra historia, reventemos la Fortaleza y apoyemos a un equipo que deja la vida como ninguno por nuestros colores.

PD: Chiquito, gestos como el de ayer, dando la vuelta en el área chica ante todos esos payasos que irónicamente te vitoreaban, te ingresan directamente sin escalas al corazón de los granates.

Por Arthur Andersen Potty

Fuente: www.lanus.com.ar



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