Candidatos

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Lanús desplegó fútbol como para pelear arriba; mientras Racing, que arrancó mejor, se fue hundiendo y va a sufrir.

CHRISTIAN COLONNA | ccolonna@ole.com.ar


Racing necesitó apenas siete minutos de los mil ochocientos y pico que jugará en este campeonato para darse cuenta de que otro año más tocará sufrimiento. Porque hasta ese fatídico minuto siete era mejor que Lanús; no sólo era mejor, le ganaba con un golazo de Lugüercio, la mayoría de las pelotas pasaba por Yacob, quien distribuía con criterio, Falcón enganchaba desde la derecha, los laterales subían... En fin, Racing controlaba el partido. Y hasta se podría haber puesto 2 a 0 por una llegada al vacío de Falcón. Pero... Cuando se nace para sufrir, no hay nada que hacer: se sufre. Y hoy, y desde hace rato, Racing es un sufrimiento.

No se trata de quitarle méritos a Lanús y echarle la culpa a la suerte. Pero al empate Lanús llegó sin buscarlo. Primero colaboró Campagnuolo con dos despejes de manos de papel, la pelota terminó en el córner y Falcón cometió un penal al que mejor no ponerle calificativos. Así empató Lanús, así empezó a morirse Racing. Porque la confianza cambió de lado. Los chicos de Lanús se pusieron a jugar como saben, de a ratitos, sin necesidad de explayarse demasiado, como regulando, total les era suficiente. Yacob ya no era el dueño de la brújula y las esperanzas de Racing sólo pasaban por la inspirada noche de Lugüercio, que siguió peleando, insistiendo y complicando hasta con el partido definido.

Tanto le costaba a Racing generar peligro como poco a Lanús. No lo hacían mal los de Llop, la intención de hilvanar las jugadas, de desprender a los laterales y de formar sociedades estuvo a la vista, pero faltó cambio de ritmo, otra marcha. Lanús, en cambio, no necesitaba más que la inspiración individual, el saber de todos a qué juegan los demás (qué sencillo es escribirlo y qué complicado lograrlo) y en la generosidad para asistir al compañero mejor ubicado. Como lo hizo Lagos con Sand (la única que falló), como lo hizo el propio Sand con Blanco para el segundo gol. Como lo hacen todos. Y por eso Lanús confirmó que volverá a ser candidato. También lo confirmó Racing, bien pronto. Sus hinchas ya escucharon, en el partido inaugural, la burla de los rivales, que lo mandaron a la B o le auguraron la Promoción. Y no será cuestión de que los refuerzos le cambien la cara, será cuestión de que se la crea, que no arruine las buenas intenciones.

Con Salvio era paliza

MARTIN MACCHIAVELLO | mmacchiavello@ole.com.ar

Para el Grana, por suerte, el torneo no comenzó. Lo de anoche fue una simple muestra de que la temporada continúa. Que es más de lo mismo. Y no sólo por la ausencia de altas y bajas (¡libertad para Caranta!). Llegamos, entonces, a los 40 puntazos, a horas de debutar en la 50° edición de la Libertadores y con nueve unidades de holgura de cara a la Sudamericana 09. Sí, tanta sanata para evitar hablar de fútbol. Me empalago... Enésimo doblete de Sand, el regreso de Valeri (tiro al palo incluido), golazo de Blanco en el abc del contragolpe, Lagos sin lagunas, y todos los etc que se te ocurran (vale agregar a Racing con 10, por tanto tiqui tiqui). Con Salvio, sacando la cara por muchos en Venezuela, era paliza. Bajamos la guardia a tiempo. Chivas será el primer rival de fuste en el año. Había que regular. Zafaste Chocho (al menos, por unas fechas más). ¿Salvarte con Lugüercio? Los milagros llegan sólo una vez...

Ya es una persecución

Por lesión, Lanús perdió dos jugadores en la previa. Y ayer, Diego Lagos fue la nueva víctima. Antes de este arranque de torneo, Luis Zubeldía se quejaba de las lesiones que habían mermado a su equipo. Por eso, el técnico de Lanús anunciaba que no iba a jugar más amistosos. En que en esos partidos perdió a Santiago Biglieri (esguince de tobillo derecho) y a Hernán Grana (fractura del segundo metacarpiano de la mano izquierda). Ayer, la racha siguió. Y el afectado fue Diego Lagos. El delantero, quien había participado activamente en la expulsión de Mercado, fue retirado en camilla cuando se terminaba el primer tiempo con un fuerte dolor en el tobillo derecho. El diagnóstico rápido arrojó un esguince en el tobillo derecho y se perderá el choque del miércoles contra Chivas por la Copa Libertadores. Sand es otro que terminó golpeado, aunque no tendría problemas para jugar.

José no te perdona ni una...

Sand tiene de hijo a la Academia. Ayer le metió dos, como en el último partido, y llegó a siete frente a un pobre Racing.
NICOLAS GOMEZ CORTES | ngcortes@ole.com.ar

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EL DELANTERO REMATA PARA METER EL TERCER GOL Y SELLAR LA VICTORIA DEL GRANATE.

Y sí... Tengo un poquito de suerte contra ellos". Ya lo había reconocido luego del último Lanús-Racing. Se siente cómodo, implacable frente a la Academia. Es casi una cuestión de piel o de instinto asesino cuando una casaca blanca y celeste se cruza en su camino. José Sand es sinónimo de gol y, con el Grana, siempre moja frente a los de Avellaneda. Ayer metió dos, como la última vez en el Cilindro, llegó a siete en cuatro partidos con Lanús (desde que se incorporó al club) y jamás perdió: obvio, tiene de hijo al plantel de Llop.

De todos colores. Las conquistas de Pepe ante el rival de anoche tiene una amplia variedad de formas. Ya la metió de rebote, definiendo de mano a mano... Y ayer no fue la excepción. Demasiado para una defensa flojísima que jugó siempre en línea, al borde del abismo y con un hombre de menos por la expulsión de Mercado, el goleador la tuvo muy fácil. A los siete minutos del primer tiempo metió el 1-1 de penal, al palo izquierdo de Campagnuolo, y ahí nomás entendió que sería otra de esas noches de excesos ante la Academia. Al toque nomás, a los 22, asistió a Blanco para que Lanús se pusiera en ventaja y dominara el juego hasta el final. Quizás esa fue una de las grandes diferencias de la noche. Mientras Racing penó por encontrar a un socio para el incansable Lugüercio (Vigneri no estuvo a la altura), Sand se deleitó junto al buen pie de Blanco, Valeri y Lagos, y la metió cuando lo tuvo que hacer.

Ya en el segundo tiempo, sentenció el claro dominio del local a los 15 minutos con un derechazo que se desvió en Peppino y que no pudo tapar Campa. Así cerró otra jornada como verdugo de Racing y como goleador del campeonato. "Fuimos a buscar el resultado... Yo quiero seguir mejorando y ojalá pueda seguir haciendo goles", atinó a decir el delantero apenas acabó el partido. Otra vez Rompió Pepe. Como ayer, como en el 2008, como siempre.