70% campeón

Fuente: www.ole.com.ar

"Me parece que Boca no sale campeón, sale el Grana...", explotó el estadio apenas ganó Arsenal. Y al final, pese al 0-0, no hubo dudas: "Que vamo' a salir campeones...".
ANDRES GOMEZ FRANCO afranco@ole.com.ar
Con el Pelado Cordera en la platea, no podía ser de otra manera, se vino el
estallido. Un frenesí que invadió, al unísono, a todos y cada uno de los 34.000 hinchas en el alba del partido, cuando todavía faltaban 30 minutos para que Collado pitara por primera vez.

La voz del estadio cantaba que San Martín de San Juan le había ganado 3-2 a Gimnasia de Jujuy y la Fortaleza explotaba. No por este resultado, claro. Sucedía que, en ese mismo segundo, el triunfo de Arsenal sobre Boca era un (grato) hecho. Tronó, entonces, seguro y desafiante, el "me parece que Boca, no sale campeón, me parece que Boca, no sale campeón, sale el Grana, sale el Grana, sí señor". Los miles de globos blancos y bordó se elevaron más que nunca, el saltito corto sobre los bloques de cemento se hizo obligado. Se escapó algún lagrimón, abundaron los nudos de garganta y los abrazos con propios y extraños. La gente de Lanús empezaba a sentirse campeón. Al menos, 70% campeón.

Una sensación, un cosquilleo que sentó sus bases en la caída del rival más temido. Porque, para los hinchas del Grana (y jugadores y cuerpo técnico también), hace rato que Boca es el único escollo con chances de evitar que el equipo de Ramón haga trizas la quimera perseguida durante 92 años. Y Boca, lo dicho, había trastabillado en Sarandí; todo dado, entonces, para estirar (hasta duplicar) la ventaja de tres unidades. Por eso el plus en ese recibimiento ensordecedor, en ese "dale Lanuuuú, dale, dale Lanuuú" eufórico. Por eso el más orgulloso que nunca "oy, oy, oy, oy, es el equiiipo de Ramón...". Y el incondicional "vamo, vamo, lo pibe".

La fiesta anticipada, sin embargo, no consiguió explayarse en la hierba, más bien mutó en presión. Aunque los jugadores de Lanús hayan dicho, una vez consumado el 0-0, que saber que habían conservado intacta la ventaja los había hecho salir más tranquilos a la cancha, la realidad es que los nervios mandaron a lo largo de los 90 minutos. Y contagiaron a la multitud, tan embalada de entrada, cada vez más cauta viendo que no iba a resultar redonda- redonda la tarde.

El empate, sin embargo, no aguó la fiesta. Y no la aguó en absoluto. El aplauso final unánime de los hinchas y su posterior retirada con el "que vamos a salir campeones, que vamos a salir campeones" salpicando entre los labios, al paso, testificó que la fe no había sufrido pormenores. En el vestuario, ídem. "Claro que sirve el punto, si estiramos la ventaja sobre Boca", repitieron los protagonistas.

Es que el futuro se predispone más que auspicioso. Boca y Tigre –el tercero en discordia y hoy inmediato perseguidor a tres puntos– se sacarán chispas el miércoles, eliminándose entre sí. Si ese día Boca gana pero Lanús también, habrá brindis. Y si el que triunfa es Tigre, al Grana le quedará el bonus de visitar una Bombonera sin posibilidades de fiesta, con blancos varios en las gradas y, lo más importante, tal vez plagada de pibes: ¿o se animará Russo a poner titulares sin chances acá y justo antes de viajar al Mundial de Clubes? Se respiran, así, aires de gloria en el Sur, el punto ante Argentinos fue subiendo su cotización a medida que los latidos se hicieron más lentos. Importó en el pueblo granate el antes y el post, no tanto el durante. Con posibles cinco y seis puntos de diferencia se vivió la misma fiesta que con los cuatro y tres actuales. La realidad es que, hoy, Lanús se siente 70% campeón. Diga lo que diga Pipo.

DE FRENTE: LANUS
De Sand a Sand Martín

MARTIN MACCHIAVELLO mmacchiavello@ole.com.ar


Cuestión de expectativas. Esperaba por Sand, me conformé con Sand Martín. Esperaba por jugaditas de papy, me conformé con el Papu... Esperaba otra cosa. En principio, no depender de terceros. Quedó cierta sensación de vacío. Aunque, en definitiva, el 0-0, cruel, con el paso de las horas, sonará a puntazo. Porque si bien las diferencias no se modificaron, el escenario se metamorfoseó. Y a favor. Lo único de una tardecita desbordada de granates desbordados. Y muchos...

Seguimos bien arriba. Aunque el escolta trocó. Tigre a tres, Boca a cuatro (los que quedaron a ocho no cuentan, eh). Y se cruzan el miércoles. No es poco. Seguimos con la tropa intacta, al menos de las patas y de las tarjetas. También de la cabeza, vital. Mucho más, tras enfrentar a un equipo 70% defensivo y 70% mezquino. Algunos entrenadores degeneran el adn de los clubes generadores de talentos. Lo sabe Lanús, lo sabe ahora Argentinos, que fuera de Paternal suele ser boleta pero le jugó al Grana como a la Juve en Japón. Claro, sin tiqui tiqui, reproche que también debería hacerse puertas adentro. ¿Que faltó qué? Sí, Sand fue un tirito en el palo, a Valeri no lo dejaron mover, y... Ojo, sin fantasmas. Sobró fibra. Faltó juego. Y cuando pintaban los nervios, llegó la madurez. ¿Recordás el 0-3 con Pachuca? Salimos como bólidos, acabamos (out) como... Ocho, de aquella noche, jugaron ayer...

Vamos. Ahora o nunca.

LANUS 0 - ARGENTINOS 0: RAMON CABRERO
"Hay que definirlo este miércoles"

El DT no quiere dejar pasar más oportunidades y espera poder gritar campeón contra Gimnasia. "No me sale decir esa palabra en este momento", confesó.



LEONARDO RODRIGUEZ BRUNO - ARIEL CRISTOFALO lrbruno@ole.com.ar; acristofalo@ole.com.ar


¿Ramón, creés que pueden salir campeones el miércoles?

–No, no me sale decir esa palabra en este momento. Por la experiencia que tengo, sé que en el fútbol pueden suceder muchas cosas. Pero hay que definirlo este miércoles...

Ramón Cabrero, a la palabra campeón, todavía no se le anima ni siquiera a la pasada. La tiene en la punta de la lengua. Se muere por decirla o, más aún, por gritarla. Pero la elude porque lo incomoda, se inclina por la mesura que lo caracterizó siempre. Y el tipo conoce del palo y sabe que se debe finiquitar esta cuestión cuanto antes, en el partido adelantado contra Gimnasia La Plata, porque otra oportunidad desaprovechada podría ser el peor rival de Lanús en la última fecha. Aunque de su boca se escuche cierto malestar cuando se lo consulta sobre la famosa "presión" o sus derivados... Me da mucha bronca que me pregunten otra vez por eso, porque cuando Lanús le gana a Central 4-1 no tiene presión, pero sí cuando empata. Se jugó con tranquilidad, sin problemas", aseguró Ramonín con tono poco gustoso.

–¿Lanús se siente más cómodos con Tigre como escolta?

–Y... Si me preguntás, creo que lo positivo de hoy (por ayer) es que le sacamos un punto más de ventaja a Boca... La verdad es que a mí me preocupa más Boca que Tigre, aunque ahora se puso a tres y eso también tiene sus riesgos. –Pero les favorece que la próxima fecha se enfrente entre ellos, ¿no?

–Obviamente que es así, porque uno de los dos se va a quedar en el camino. –¿Si Boca hubiese ganado Lanús se habría animado más? –Seguro. Pero igual Argentinos nos planteó un muy buen partido y, aunque fuimos un poquito más, no mucho, me parece que el resultado fue justo.

–En ningún momento se vio que el equipo fuera a matar o morir.

–Nosotros lo queríamos ganar, no hay dudas de eso. Cuando no podés conseguir el triunfo, no tenés que perder siendo tonto. Lanús jugó por arriba, por abajo, intentó siempre desde el comienzo, pero no se pudo lograr la victoria...

–Se lo ve con el semblante caído.

–No, estoy muy tranquilo. Siempre digo, y con razón, que esto es fútbol, simplemente.

Si a esta altura de me vida me pongo nervioso... Solamente pasó otra fecha, le sacamos un punto más a Boca y lo tenemos a Tigre ahí. Si el Real Madrid y el Barcelona empatan, ¿cómo no vamos a poder empatar nosotros?

–¿Ahora es peor enfrentarse con un rival que no pelea por el título?

–Depende de Lanús. Tienen que aparecer Valeri, Blanco, y la realidad marca que no siempre te salen las cosas. Y no se puede menospreciar al rival del miércoles. Muchos deban ganado el partido con Argentinos y resultó de los más complicados del torneo. Queda una fecha menos y estamos mejor que antes.



fuente:www.lanus.com.ar
Un pasito más, pero importante

Lanús igualo ante Argentinos en cero, pero la derrota de Boca y el triunfo de Tigre, hacen que no solo haya variado el escolta, sino que la ventaja siga siendo de tres puntos, quedando seis en disputa. El miercoles, contra Gimnasia como local, con la chance de hacer el sueño realidad.

Una multitud acompaño a Lanús, en una tarde que no solo pintaba perfectal climaticamente:la derrota de Boca en Sarandí ilusionaba a los cerca de 40.000 fieles que coparon la Fortaleza. En frente, el Argentinos Juniors de Pipo Gorosito, un equipo que no mantiene el ADN de los nacidos en La Paternal, pero con jugadores de fisico considerable y sobrado oficio como para proponerle un partido complicado a cualquiera.
El primer tiempo de Lanús no fue el mejor. Impreciso, poco y nada pudo hacer prevalecer su fútbol ante las torres de Argentinos, que preferian el orden y progreso: prolijidad en el fondo para tapar espacios con dos lineas de cuatro bien marcadas y pelotazos para que adelante, Delorte y Hauche, con espacios se ingenieran y generaran peligro. La primera fue justamente de ellos y no por la via mencionada: una buena jugada colectiva, terminó con una incursión individual de Hauche, que con un remate cruzado reventó el palo. Lanús trataba de suplir la cuota de fútbol con actitud, y a pesar de generar un par de ocasiones como para desnivelar (la más clara, una de Sand que no llega a conectar despues de un buena gestación en conjunto), no dejó la imagen de contundencia acompañada de buen fútbol de los ultimos encuentros. Argentinos, siendo prolijo defensivamente, dejó una imagen un poco más positiva (obviamente, con otras obligaciones).
El segundo tiempo, encontró a un Lanús más comprometido con la causa, pero siempre desde lo actitudinal. Poco pudo hacer prevalecer su juego Valeri, quien extraño a Velazquez (sín que esto signifique que el Chino Benitez no haya tenido un buen partido. Lejos de eso, el lateral cumplió pero lo suyo es defender) como compañero de ataque por ese sector. Algo más aportó Blanco, pero sín llegar a desnivelar como para encontrar la ventaja que le termine de acercar la concreción del sueño más preciado. Otra vez fue el Pepe Sand el que tuvo la más clara, cuando despues de recibir de espalda al arco con al menos tres jugadores del Bicho alrededor, inventó una jugada que terminó con la pelota reventando en el angulo superior izquierdo de Navarro. Argentinos tambien tuvo la suya: un remate desde afuera que Bossio desvio al corner fue la más clara para ellos, que festejaron un empate con el fervor inuscitado de salir ileso de la Fortaleza con los antecedentes pateticos que tienen los de La Paternal ante el Granate (Más de 10 años sín ganar, 14 en Arias y Guidi, un autentico hijo).
El Grana no tuvo su mejor partido, pero la ventaja sigue, pasó una fecha más y si logra aprender de lo no hecho ante Argentinos, crecen notablemente las chances de ganar ante Gimnasia, quien no viene bien pero intentara ganarle al puntero como lo haria cualquier equipo que se dedique a este deporte. No salieron las cosas como venian saliendo, pero la ventaja sigue siendo la misma, con Tigre en este caso como escolta. Los de Victoria reciben a Boca, que más alla de que todavia tenga chances, es Boca, con su historia, sus titulos y todo lo que se le pueda parecer a un rival complicadisimo. Lanús tambien lo tendrá en Gimnasia, pero debe pensar en si mismo y que el próximo paso, de darlo con la firmeza necesaria, en el peor de los casos le asegura el primer puesto. El mejor, lo dejamos a la imaginación de todos, que lo venimos soñando desde que tenemos uso de razón. Ojala se nos dé el proximo miercoles.

Por Gastón Cuccaro
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fuente:www.clarin.com.ar

Lanús no supo sacarle más ventaja al domingo

Por: Eduardo Castiglione

No le alcanzaron a Lanús, esta vez, todas las manos, todas, de unos 40.000 enfervorizados hinchas marcándole como un norte el arco rival porque no se podía dudar ya que había que ganar. Tampoco fueron suficientes, en el atardecer sureño, todas las voces, todas, de esa muchedumbre abigarrada y convencida de que esta vez sí habrá un cierre triunfador del Granate en un torneo argentino. No pudo ni supo, entonces, el equipo de Ramón Cabrero resolver un partido dificilísimo que Néstor Gorosito planteó con sapiente manejo del pizarrón propio y, simultáneamente, de las urgencias del anfitrión.

La victoria de Arsenal sobre Boca aceleró —indiscutiblemente— los tiempos del equipo y también de la gente. A Lanús le faltó paz con la pelota desde el primer pitazo de Collado. Salvo Agustín Pelletieri (perfecto en la recuperación, la circulación y la administración de la pelota a uno o dos toques), el resto cometió, en el primer tiempo, un doble pecado para resolver este tipo de coyunturas que siempre van tomadas de la mano con la urgencia:

1) unos, como Lautaro Acosta y Sebastián Blanco se olvidaron del juego colectivo y se obstinaron en gambetear en lugares imprudentes, tanto por la posición geográfica que ocupaban en el campo cuanto por la desventaja numérica de cara a los obstáculos que tenían que superar.

2) otros, como Diego Valeri, Matías Fritzler y Nelson Benítez optaron por los bochazos frontales para que Sand resolviera con su conmovedora fe para ir a todas, inclusive las que están perdidas en el nacimiento mismo del movimiento.

Argentinos, en tanto, salió con libreto que para nada significó una revelación. Así, Gorosito planteó el partido posible e imaginable. Dos líneas de cuatro —la de los volantes con marca, elegancia técnica y una plausible tendencia a jugar— y pelotazos de todos los colores para que los casi dos metros basquetbolísticos de Delorte bajaran la bola para Hauche o para alguno de los volantes que zarpaban de la zona del círculo central.

No se habían terminado de acomodar en el juego cuando Lanús sufrió el primer embate del pánico. Hauche metió una diagonal entre Benítez y Hoyos, se hamacó y pasó, encaró a Bossio y le dio de derecha para que la pelota rebotara en un poste. Esta situación pareció congelar a los adentro y atemperar la locura de los de afuera. Los que esperábamos que Lanús mostrara el repertorio de sólido aspirante a campeón, pispeábamos del cronómetro para convencernos que el equipo no aparecía. Un zurdazo, a las perdidas, de Fritzler motivó una volada de Navarro más para los reporteros gráficos que por necesidad para resolver la situación. Una doble oportunidad que desperdiciaron Delorte y Battión volvió a marcar la presencia de Argentinos en el área de Lanús. Una pared de Acosta con Valeri, que como cierre no alcanzó Sand, decoró lo mejor del local en el período inicial.

El complento arrancó otra situación que Bossio le paró a Delorte y siguió con una buena novedad para Lanús: Valeri recuperó verticalidad, en los movimientos y sus pelotas volvieron a tener la profundidad que estaba escaseando.

Mejoró el puntero del Apertura y al compás del "vamos, vamos los pibes" se fue encima de Navarro. Hoyos de lo perdió de cabeza, Sand no resolvió desde posición incómoda y el arquerito de La Paternal se jugó —y ganó— la piel ante una llegada frontal de Blanco.

Así se cerró el domingo. Con la sensación de que a Lanús se le escapó el primer tiro del final. Y una duda: el punto, ¿sumó o restó para la corona?


Lanús no supo sacarle más ventaja al domingo

Por: Eduardo Castiglione

No le alcanzaron a Lanús, esta vez, todas las manos, todas, de unos 40.000 enfervorizados hinchas marcándole como un norte el arco rival porque no se podía dudar ya que había que ganar. Tampoco fueron suficientes, en el atardecer sureño, todas las voces, todas, de esa muchedumbre abigarrada y convencida de que esta vez sí habrá un cierre triunfador del Granate en un torneo argentino. No pudo ni supo, entonces, el equipo de Ramón Cabrero resolver un partido dificilísimo que Néstor Gorosito planteó con sapiente manejo del pizarrón propio y, simultáneamente, de las urgencias del anfitrión.

La victoria de Arsenal sobre Boca aceleró —indiscutiblemente— los tiempos del equipo y también de la gente. A Lanús le faltó paz con la pelota desde el primer pitazo de Collado. Salvo Agustín Pelletieri (perfecto en la recuperación, la circulación y la administración de la pelota a uno o dos toques), el resto cometió, en el primer tiempo, un doble pecado para resolver este tipo de coyunturas que siempre van tomadas de la mano con la urgencia:

1) unos, como Lautaro Acosta y Sebastián Blanco se olvidaron del juego colectivo y se obstinaron en gambetear en lugares imprudentes, tanto por la posición geográfica que ocupaban en el campo cuanto por la desventaja numérica de cara a los obstáculos que tenían que superar.

2) otros, como Diego Valeri, Matías Fritzler y Nelson Benítez optaron por los bochazos frontales para que Sand resolviera con su conmovedora fe para ir a todas, inclusive las que están perdidas en el nacimiento mismo del movimiento.

Argentinos, en tanto, salió con libreto que para nada significó una revelación. Así, Gorosito planteó el partido posible e imaginable. Dos líneas de cuatro —la de los volantes con marca, elegancia técnica y una plausible tendencia a jugar— y pelotazos de todos los colores para que los casi dos metros basquetbolísticos de Delorte bajaran la bola para Hauche o para alguno de los volantes que zarpaban de la zona del círculo central.

No se habían terminado de acomodar en el juego cuando Lanús sufrió el primer embate del pánico. Hauche metió una diagonal entre Benítez y Hoyos, se hamacó y pasó, encaró a Bossio y le dio de derecha para que la pelota rebotara en un poste. Esta situación pareció congelar a los adentro y atemperar la locura de los de afuera. Los que esperábamos que Lanús mostrara el repertorio de sólido aspirante a campeón, pispeábamos del cronómetro para convencernos que el equipo no aparecía. Un zurdazo, a las perdidas, de Fritzler motivó una volada de Navarro más para los reporteros gráficos que por necesidad para resolver la situación. Una doble oportunidad que desperdiciaron Delorte y Battión volvió a marcar la presencia de Argentinos en el área de Lanús. Una pared de Acosta con Valeri, que como cierre no alcanzó Sand, decoró lo mejor del local en el período inicial.

El complento arrancó otra situación que Bossio le paró a Delorte y siguió con una buena novedad para Lanús: Valeri recuperó verticalidad, en los movimientos y sus pelotas volvieron a tener la profundidad que estaba escaseando.

Mejoró el puntero del Apertura y al compás del "vamos, vamos los pibes" se fue encima de Navarro. Hoyos de lo perdió de cabeza, Sand no resolvió desde posición incómoda y el arquerito de La Paternal se jugó —y ganó— la piel ante una llegada frontal de Blanco.

Así se cerró el domingo. Con la sensación de que a Lanús se le escapó el primer tiro del final. Y una duda: el punto, ¿sumó o restó para la corona?




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