Nota publicada en el Diario Ole, el viernes 19 de Octubre,

Ramón 2009

En Lanús quieren perpetuar en el banco a Cabrero y por eso arreglaron de palabra la renovación del DT hasta el 2009.


ARIEL CRISTOFALO acristofalo@ole.com.ar



Ayer? Hice un asado con mi familia, muy tranquilo. Un domingo normal. Y después vi un poco los partidos". La frase apacible, sosegada, podría desglosarse desde una percepción primaria como una trillada declaración del cliché del fútbol nuestro. O simplemente como si el personaje en cuestión pretendiera ilustrar una sana inconsciencia; como si no comprendiera del todo el porqué de la tropa de periodistas invadiendo su práctica.

Nada de eso. Ramón Cabrero es así, su calma es legítima. Aquella misma calma fue la que tuvo Lanús para con su proyecto a largo plazo; esa calma que le escapó al vértigo dirigencial en la búsqueda temeraria habitual de soluciones mágicas. Esa calma que hoy llevó a la directiva a arreglar la renovación de contrato al DT hasta diciembre del 2009. Y la prórroga llega hasta aquel término porque el mandato del presidente Marón se cumple en ese momento; si por esta Comisión Directiva fuera le extenderían el plazo por mucho más.

En octubre del 2005, Cabrero agarraba la Primera del Grana de manera interina tras la dimisión de Néstor Gorosito. Otro clásico del fútbol argentino moderno: los entrenadores que asumen eventualmente con su club en ebullición, en general, vuelven rápido a su función preliminar, muchas veces sin que se les valore algún que otro resultado esperanzador (Micó en Racing, Santoro en Independiente, por ejemplo). Pero con Cabrero fue distinto. Tan distinto que Ramonín es el entrenador (de los que dirigen en la actualidad) de mandato más largo en la Primera División.

Tantos dirigentes se jactaron orgullosos de proyectar un Alex Ferguson en su entrenador. Aunque con Cabrero fue distinto. El nunca pretendió ser el Ferguson del club, ni lo pretendieron hacer abiertamente con bombos y platillos. Pero parece que lo será. Y eso que Ramón nunca le fue nada esquivo a la idea de volver a trabajar en sus queridas Inferiores...

En cierta manera, nunca dejó su cargo. Este Lanús puntero cuenta con casi todos sus jugadores de siempre. Por eso la pedagogía sigue siendo, según él y todo su círculo íntimo, una de sus virtudes más sustanciosas. Con sus 59 años (es el segundo DT de Primera más veterano, después de Saporiti), su carácter de formador pasa más por cuestiones de porte y hombría para afrontar situaciones tan vertiginosas como ésta, que por aspectos de la mera táctica/técnica. "Es un objetivo cumplido. Ya arreglamos de palabra la renovación, ahora sólo hay que ver algunos detalles del contrato", le confirmó Ramón a Olé. Y sí, habrá Cabrero 2009, nomás.

Hasta el final de mi mandato

ALEANDRO MARON. Presidente de Lanús.

Este es un gran equipo, no sé si es el mejor de la historia porque sería injusto con otros grandes equipos de Lanús. Igual estoy seguro de que el plantel actual está haciendo historia. Por todo este trabajo que se viene haciendo a largo plazo decidimos renovar el vinculo con Ramón hasta diciembre del 2009. Yo siempre dije que quería que se quede hasta que termine mi mandato, salvo que llegue una oferta del exterior muy interesante. Hasta el momento es todo de palabra, pero los hombres de bien cumplen.
LANUS: DE FRENTE
El Manolo del fútbol

MARTIN MACCHIAVELLO mmacchiavello@ole.com.ar

Hace dos años y pico era un buscavidas. Fue a parar al Dynamo Tirana, en la ignota Albania, por dos partidos de Intertoto. Out. Y a casa. A Lanús. A Inferiores. Pero Pipo nos hizo un favor. Y no se detuvo. Hoy ni lo quieren detener. El 2009, parece, es la meta. Ramón ya se asemeja a Manolo. Camina la 9 de Julio con bajo perfil, se prende en la charla con los vecinos, es uno más, si no la gana la empata... Y de coté, claro, también se lo sacude un poquito, con onda, por desconfiar de algunas filosofías de trabajo. El largo plazo vale cuando la gestión genera buenos resultados. En el fútbol, en la política. Ni siquiera un triunfo asegura perpetuidad. Sí, respeto...


De punta en Blanco

Seba Blanco, que la metió ante los sanjuaninos, es la nueva joya de la cantera de Lanús. Y mientras sueña con el título, pasa sus días como DT de un club de baby.



ALEJANDRO LUGO glugo@ole.com.ar




Chuky se vistió de punta en blanco para la foto y recibió bromas de los pibes: "Heladero«".


Te vi y me puse a llorar, tengo todo grabado", lo alaba una madre en la puerta del club 11 de Agosto de Lomas de Zamora. Toda la tarde será igual para Sebastián Blanco, el pibe de 19 años que, tras su actuación consagratoria ante San Martín de San Juan, se convirtió, aun más, en el ídolo del club de baby que lo formó. "Fue el toque final, lo necesitaba", comenta este volante creativo sobre el gol que, el viernes, ayudó para poner a Lanús en la cima del Apertura.

Siempre se habló muy bien de él y se lo señaló como una de las principales promesas de la cantera granate. Hoy, se reconoce su esfuerzo. "En algún momento alguna puteada me comí, pero siempre recibí el apoyo de todos los hinchas. Estoy en el club desde los 9 años y sin dudas este es el mejor momento desde que llegué, estoy cada vez más sereno", exhibe Seba con sólo 11 partidos en la Primera del Grana. Y obviamente, se ilusiona como el resto del plantel: "Sería un mentiroso si no diría que me imagino campeón en diciembre. Pero es un torneo muy irregular y no podemos darnos el lujo de pensar más allá del partido con Tigre". Además, este admirador de Pablo Aimar y fanático de la cumbia romántica, va en busca de la consolidación definitiva. "Debuté en marzo de 2006 y tuve algunas chances (gol a Racing incluido), pero después me tocó bajar a Quinta por decisión del técnico y fue un golpe durísimo. Tuve que demostrar que tenía condiciones para estar más arriba y ahora debo aprovechar cada minuto al máximo", exclama, quien alguna vez compartiera el plantel de las selecciones Juveniles, sin llegar a competir en torneos, con Diego Buonanotte y Papu Gómez.

Cada vez es más tenido en cuenta por Ramón Cabrero. Aun así, el año pasado no dudó en anotarse en la Facultad de Lomas para seguir la carrera de Administración de Empresas, la cual debió abandonar por las crecientes exigencias que le imponía el fútbol. De todos modos, nunca abandonó su otra pasión: el club 11 de Agosto, donde dirige las categorías infantiles 94 y 98. "Desde los 15 años soy técnico, je. Un conocido me ofreció hacerme cargo del equipo y no dude en agarrar. Ojo, en el primer año lo saqué campeón y en el siguiente fuimos subcampeones", narra haciendo gala de su capacidad para tratar a los gurrumines. Y revela su secreto: "Más que nada les inculco que salgan a la cancha a divertirse, que tiempo para presiones ya van a tener. Además, si quieren ser jugadores de fútbol que disfruten ahora; después es todo mucho más difícil". La relación con los pibes es muy buena y de hecho hay espacio para las cargadas. "Son muy respetuosos. Antes quizá me tomaban para la joda, pero ya comprendieron cuando hay espacio para las bromas y cuando para entrenar seriamente", responde el Chuky entrenador.

Sí, Blanquito tiene todo para ser un jugador distinto.