¡Zu-bel-día!

Fútbol
1/6/2009
¡Zu-bel-día!

¿Osvaldo? ¡No, Luisito! El técnico Granate apeló al catenaccio para cuidar un partido que Lanús nunca encontró en el juego pero sí en el resultado y, a tres fechas del final, el bicampeón del sur sigue siendo el único puntero del torneo. 2 a 1 a San Lorenzo, goles de Salvio y Sand de penal, con más polémica para vender que otra cosa. Lo indiscutible: Lanús es el equipo con más puntos obtuvo en toda la temporada.

Se ganó. Y punto. Si algún Granate de paso por las Islas Faroe te llama o te escribe porque no lo pudo ver, seguramente el comentario se va a remitir que Lanús ganó un partido que nunca encontró en el trámite, en el que no jugó bien pero en el que generó muchísimas más situaciones que su rival, quien fuera dominador absoluto del juego y la posesión de la pelota, pero que tenía menos sal que la comida de hospital a la hora de llegar al área. El triunfo vale lo mismo que si estuviéramos hablando de un Lanús arrollador y versátil, cual Holanda del ’74, por lo que si bien la actuación no conformó del todo, la cosecha, que es lo más importante a esta altura, fue todo un éxito y eso no se discute.
El supuesto doble cinco ideal (Fritzler y González), siguió mostrando las falencias que siempre se le reprochan a ese tándem a la hora de hacerse del balón y, fundamentalmente, las pocas veces que lograron cortar el circuito azulgrana contaron con una participación posterior prácticamente nula de quienes deberían administrar el balón y generar juego en el equipo (Blanco y Valeri), por lo que la pelota volvía a poder de los visitantes rápidamente y la cosa se hacía monótona, bastante diría. ¿Por qué? San Lorenzo tenía la pelota, pero llegaba al área y no sabía como resolver ante la acumulación de jugadores Granates en ese sector. En detrimento de los visitantes, también hay que decir que su equipo careció de sorpresa, le faltó una marcha diferente en la última línea como para vulnerar la defensa local y generar algo productivo con la posesión constante de la pelota.
Lanús, con más espacios producto de un tramite desfavorable (lease, no tener la pelota y no imponer las condiciones del partido, sino que ajustarse a lo que propone el rival), en las pocas que hilvanaba una serie de pases, llegaba al área. Así, a los 7 minutos, en una muy buena combinación que terminó algo rocambolesca por unos rebotes y despejes cortos de la defensa supermercadista, Salvio marcó el primero que desató la alegría de casi todos los presentes (diría que buena parte de los hinchas de San Lorenzo, estaban más interesados en lo que era su próximo partido ante Huracán que en el que estaban disputando en ese mismo momento).
Así y todo, y casi lo mismo en el complemento, el Grana sín tener la pelota y ajustándose solamente a cerrar espacios en su propio área ante el dominio rival, generó muchas más situaciones que las visitantes, en las que los dedos de una sola mano alcanzan a la hora de contabilizar (no necesitan un ábaco que cuente hasta 3.000 como Banfield).
Como alguna vez sostuvimos desde aquí, y sin necesidad de ser eruditos en la materia, el riesgo que se corre al ceder protagonismo es grande. Y prácticamente sín quererlo, de un centro al medio que termina desviándose en Faccioli, San Lorenzo termina empatando un partido casi de casualidad pero con motivos suficientes si se tenía en cuenta a esa altura la cantidad de tiempo que tuvo la pelota. Repetimos, es cierto, no generaron peligro, pero de tanto ir, el gol llegó y la paridad en el resultado también.
Lanús pareció despertar con la igualdad y sín mejorar demasiado fue en busca de la ventaja con más amor propio que otra cosa. Tuvo en una misma situación varias posibilidades como para ampliar (Hilario se lo detuvo al Pepe en un mano a mano, en el que Valeri, inexplicablemente y con chances de ejecutar la valla azulgrana, termina centrando al medio para que otro compañero tome la responsabilidad de hacerlo).
Tras otro ataque, que finalizó con un remate de Blanco despejado al córner por el portero visitante, llegó el bendito córner para los medios, a la hora de generar quilombo y venta y el penal que le terminó dando el triunfo a Lanús. No vamos a destinarle líneas ni al llanto ajeno ni a las estupideces que parte del establishment generó, cuando las imágenes muestran claramente lo sucedido: una leve falta sobre Fritzler por un lado pero una burda infracción de Aguirre sobre Faccioli, que termina siendo la que genera el cobro de la pena máxima. El Pepe cambió por gol y la punta volvió a manos de Lanús.
Lejos de aferrarse a alguna escuela y con un triunfo a menos de 15 minutos del final en medio de un panorama desfavorable, el pragmatismo se hizo carne del técnico Granate, y casi como un legado de apellido, la manera para cerrar el encuentro era tratar de hacerse de la pelota y cuidar de la mejor manera un score que le aseguraba a Lanús la punta en soledad. Así, resultó extraño ver a un Lanús con más gente abocada en sacarle la pelota al rival y en defender que para proponer juego en el área ajena. Es cierto, si en más de una hora de partido no le encontraste la vuelta, a esa altura, ¿había que hacerlo atacando y con un poco más de diez minutos de tiempo y un score a favor? Luisito no se puso colorado y solamente faltaron los ingresos de Schamberger y Demagistris, como para hacer un remake ochentoso con jugadores que vistieron ambas camisetas.
Lanús no jugó bien pero ganó. ¿Es importante? Muchísimo, sigue siendo puntero a tres fechas del final. ¿Tiene que mejorar? Si, muchísimo. Porque si bien es el mejor equipo a lo largo de la temporada y más de 70 puntos avalan cualquier sueño de coronarse, en el juego no termina de delinearse como aquel equipo campeón del 2007, que trajinaba los últimos partidos con un andar más seguro si se quiere. A diferencia de aquel, a este equipo no se lo ve ni ansioso ni nervioso, pero le cuesta redondear una actuación contundente como para demostrar en el campo todo el potencial real que tiene. Últimamente, o juega bien un tiempo, o domina y le falta contundencia o cede protagonismo pero genera más situaciones que el rival y termina convirtiendo lo suficiente como para ganar. Los rivales juegan, pero es cierto que el equipo de Luis parece no haber alcanzado nunca su momento, como sucediera en el torneo pasado, después de los ingresos al primer equipo de Salvio y de Jadson, cuando terminó de aparecer el equipo que casi se mete en la definición final que terminó consagrando a Boca.
Hay mucho para laburar y no es perogrullo, pero, al menos, el párate de dos semanas y mirar el panorama desde arriba ayuda de la mejor manera a la hora de encarar el trabajo. Habrá que visitar al siempre difícil Arsenal en primer término, ocupe el puesto que ocupe. Se vienen tres partidos cruciales en la cruzada por la tercer estrella y mucho movimiento positivo: choriceada en tierra santa (sábado próximo) y banderazo posterior en la ciudad, alimentando la mística del 2007, aquel año inolvidable para todos. Los hinchas, conscientes de que también juegan, hacen su partido y quieren el campeonato. Luisito y sus muchachos, también.

Por Arthur Andersen Potty
Fuente: www.lanus.com.ar

Fútbol
2/6/2009
Ladran, Sancho...

Editorial del amigo Macchia en Olé, poniendo los puntos en claro luego de tanta polémica irrisoria que generaron los medios.

Se gritó el de Salvio, claro. Mucho más el de Sand. Sin embargo, algo faltaba. Nos fuimos de la cancha con una extraña sensación. Infundada sensación. "Ojalá que haya sido penal...", nos dijimos en la despedida. Porque el mejor de todos, también es el mejor en sinceridad. Por suerte Bassi no se equivocó. Lo vimos en Fútbol de Primera. Fue penal. Fue el gol que nos consagró como Grandes...
Por Lanús ya pasaron todos. Vino Boca, River, Racing e Independiente. El sábado le tocó a San Lorenzo. Y se fueron igual. Derrotados. Boquiabiertos. Descreídos. Y la más fácil es encerrarse en el imaginario. Así, ensuciar al Grana con supuestos resulta de necios. Nadie te obsequia 71 puntos porque sí. Nadie, si está tocado con la varita de los magos de Viamonte, tiene que esperar casi 93 años para salir campeón. ¿Desde cuándo tenemos el poder para ningunear a los cinco caballos del comisario? Tal vez, desde que, a veces, se asemejan a los cinco jinetes del Apocalípsis...
A aceptarlo entonces. Somos el mejor equipo de todos. Pocos juegan, muchos lloran, pero arriba queda el que suma más. Sin cosas turbias. Aunque pifiemos goles por partido. Aunque regalemos terreno y posesión de pelota. Nos confunden con el discurso histórico antihegemónico: "Siempre favorecen a los grandes". Sí, en ese plano nos pusieron. Pero a las pruebas nos remitimos. Lanús gana en la cancha. No sólo en un estudio de TV. Por eso, la tercera estrella está al caer. Si apuramos el trote es señal que cabalgamos...

MARTIN MACCHIAVELLO - Diario Olé
Fuente: www.lanus.com.ar
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1 comentarios:

Anónimo dijo...

Tongo....

Y cuando quieras, lo discutimos...

 
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