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| El Grana no pudo mantener viva la llama de la esperanza. El empate con Vélez sumado al triunfo de Huracán dejan a Lanús sín chances faltando una fecha, con 72 puntos en la general y la vitrina igual que hace justamente un año. No se pudo, se dejó todo, con más falencias que virtudes sobre el final y con mucho para sacar provecho y madurar de cara al futuro.
En lo que respecta al partido en si, el clima de final, con 35.000 hinchas de Lanús en la tribuna le daba un marco que desde lo actitudinal se vio reflejado en el campo. El Grana metía aunque Velez se mostraba haciendo mejor pie en el campo. Las llegadas inclinaban quizás un poco más la balanza para los fortineros. Lanús aprovechó la única jugada en que hilvano una serie de pases para anotar, después de una contra en la que el Toto Salvio, entrando de ocho, mandó al medio para que el ya mítico Pepe Sand empuje mientras peleaba su posición con los defensores visitantes. La Fortaleza explotó, el Grana uno a cero y no mucho más para contar en lo que a primera etapa se refiere. El complemento, arrancó con la temprana expulsión de Cubero por un codazo que no llegó a buen puerto, lo que en el trámite terminó favoreciendo a Lanús, que tomó las riendas del partido. Hizo sentír el hombre de más desde el juego, controlando la pelota, y atacando no con sorpresa pero si con un dominio neto, cosa que se le reclamó al equipo desde esta columna (lo ideal es que lo intente desde el momento inicial y no por decantación como ocurrió últimamente, cuando la ventaja numérica favorecía a Lanús). Un par de remates de Valeri y una muy clara del Pepe casi aumentan el marcador, pero una falta infantil de Faccioli (algún malicioso ya lo daba como primer refuerzo bohemio) terminó dándole la gran oportunidad a Velez para empatar un partido que lo tenía chivísimo por donde se lo mire. López acertó, Bossio también, pero la potencia y dirección del remate hicieron imposible cualquier estirada de Chiquito (que no se adelanta, y no como crítica, sino como detalle o comentario después de ver que sí lo hacen casi todos los que contienen y que los árbitros parecen pitar a discreción dicha falta). El empate le dio a Velez la bocanada suficiente como para emparejar lo que se le había complicado. Para Lanús, fue un golpe de knock out ya que nunca pudo recuperarse en los 20 minutos que quedaban, a pesar de contar con una clara más, un remate de Biglieri en el que Montoya dio rebote. Sobre el final, Faccioli también vio la roja y terminaron diez contra diez. El Grana no pudo, no encontró su mejor versión prácticamente nunca en el torneo (si tomamos en cuenta que la mejor versión de este equipo pudo haber sido la última parte del torneo anterior cuando se afianzó Salvio como titular de volante, Lagos adelante junto al Pepe y sobre todas las cosas, cuando a la defensa le terminó dando el orden necesario la vuelta del Patrón Jadson Viera). Atrás, el funcionamiento cambia notablemente cuando faltan alguno de los centrales titulares. Los dos cinco, salvo contadas excepciones, hicieron su labor mucho mas cerca del área grande que del medio juego (esto incluso explica que teniendo el control correctamente del juego, llevaría a defender más adelante y no a exponerse con diferencia numérica a favor a una posible falta como la del penal, sobre el costado del área, cuando el hombre de Vélez ni siquiera encaraba hacia adentro y lo único que había que hacer era acompañarlo. Es cierto, no marcaba Zubeldía en la jugada crucial pero si el funcionamiento es el correcto, nunca debería haber ocurrido siquiera la contingencia). Y sobre el final, el juego, que era una usina generadora de situaciones, dejó de serlo con un Blanquito no tan en su nivel y con un Valeri que más que GPS de la cancha como supo tenerlo incorporado en algún momento anda buscando su mejor versión que parece haber quedado en el Apertura 2007. Poco para reprocharle a los delanteros, que cuando la cosa camina mejor, trasladan a la red mucho de ese funcionamiento, pero que cuando la cosa viene en cuanta gotas, dejan de convertirse en los definidores para pasar a ser luchadores de lo poco que reciben. La experiencia de ser el equipo con más puntos a lo largo de la temporada y no coronarse, a pesar de generar cierta calentura en los más apasionados y cierto orgullo en aquellos que ven a un Lanús siempre protagonista, debe servir para, por un lado, ratificar todo lo bueno del camino que el Grana inició allá hacia finales del 2005 con el siempre gigante Ramón Cabrero y para ser autocríticos en ciertos puntos y no escudarse en un logro producto del propio protagonismo, pero que quedó solo en eso, más por falencias propias que por virtudes ajenas. Hay que tomar lo bueno de todo, aprender. Lanús esta construyendo su mística. Sus jugadores, mayoría absoluta de inferiores, reflejan otro sentimiento a la hora de entrar al campo y quienes seguimos a esta camiseta desde hace tiempo, sín dudas podemos dar fe de esto. No es casual, que el trabajo a largo plazo se refleje en el campo. Explica no sólo el protagonismo de Lanús, sino el de Estudiantes también y el de Vélez, el club siempre a imitar, el grande que se forjó por si solo, sin ayuda de los medios. Quedan sensaciones ambiguas, mucho orgullo propio de una realidad que la tabla no miente y es ver a un equipo encaramado en lo más alto y cierta bronca por no aprovechar lo que en algún momento parecía servido en bandeja. Aunque nos duela, es justo que un equipo que pierda cinco partidos no sea campeón. Nadie seguramente iba a reparar en este dato si el resultado de ayer hubiese sido diferente, pero a la hora de autocritica, así como defendemos los logros que se pueden ver en la tabla, utilizamos el mismo criterio para mejorar sobre los errores que surgen por si solos. Dos de esas cinco derrotas fueron contra equipos que iban últimos a la hora de enfrentarnos. Que la cancha chica, que la concentración, que lo que sea. Allí puede estar la causa de no haber escrito otra vez el nombre del Club Atlético Lanús en la cima de lo más alto. Queda solo una fecha, y el fixture nos encuentra esta vez como juez a la hora de dirimir el descenso. Delante de nosotros aparece San Martín de Tucumán, con la necesidad de ganar y esperar una derrota de Gimnasia para poder zafar del descenso. Un marco hostil esperará al equipo, que alguna vez supo ganar en esa cancha (como olvidar aquel triunfo del 93 por 1 a 0, que incluyó un penal sobre la hora atajado por el Monstruo Ojeda). Un triunfo, sería la mejor manera de cerrar un campañón, que por falencias propias será recordado como el año en que fuimos los mejores de la temporada y no pudimos ser campeones. De todo se aprende Grana, si logramos hacerlo con esto, seguramente estaremos contando otro final la próxima vuelta. Por Arthur Andersen Potty Fuente: www.lanus.com.ar ------------------------------------------------------------------------------------------------ Lanus 1 Velez 1 Video Goles de Sand y Lopez - Torneo Clausura 2009 Fecha 18El ’Granate’ se había puesto en ventaja con gol de José Sand, a los 32 minutos del primer tiempo, pero Rodrigo López marcó la igualdad, de penal, a los 24’ del complemento. Lanús dispuso un 4-4-2 elástico, que en ataque fue un 4-3-3, dado que el delantero Eduardo Salvio se movió como mediocampista derecho. El ex seleccionado sub 20 se retrasó ante la ausencia del suspendido Sebastián Blanco, quien fue sustituido por Diego Lagos. Vélez presentó el mismo sistema, aunque con Fabián Cubero de mediocampista derecho y el volante ofensivo Maximiliano Moralez sobre la izquierda. El conjunto orientado por Ricardo Gareca presionó desde el comienzo del juego en la salida del local y sorprendió con la proyección de Cubero por la derecha. No obstante, bastó que Lanús encontrara espacios arriba para que sacara ventajas en el marcador. Salvio, quien desvió un remate cruzado a los 27 minutos, habilitó luego desde la derecha a José Sand, quien venció a Germán Montoya con un remate que el ex arquero de Belgrano alcanzó a tocar. Vélez contó con chances para anotar pero cuando no falló en la conclusión de las jugadas (disparos desviados de Maximiliano Moralez y Emiliano Papa), fue la providencial intervención de Diego Valeri en plena área local la que impidió que el cabezazo de Nicolás Otamendi ingresara en el arco. En el segundo tiempo, cuando el visitante se aprestaba a buscar el empate, Cubero tuvo una conducta irresponsable al aplicarle un codazo a Maximiliano Velázquez. Lo hizo delante del árbitro asistente, que inmediatamente le marcó la agresión a Saúl Laverni, quien expulsó al volante. Para colmo, a los 10 minutos Jonathan Cristaldo se lesionó al picar hacia la pelota en un mano a mano con Carlos Bossio y dejó su lugar a Juan Manuel Martínez. Con la salida obligada de Cubero, Moralez cerró su ubicación y subieron alternadamente Gastón Díaz y Papa para equilibrar el medio. Sand despedició un mano a mano, que tapó Montoya y Hernán López cabeceó desviado desde buena posición. El propio delantero uruguayo tuvo la ocasión de marcar la igualdad de penal, con un derechazo a la derecha de Bossio, luego de una falta de Emir Faccioli a Martínez. A 7 minutos del final, Gareca valoró el punto logrado con un hombre menos y colocó en cancha a Alejandro Cabral, un volante central de manejo , por Moralez. A los 41 minutos, Montoya la atajó un remate a quemarropa a Santiago Biglieri, quien había ingresado por Lagos. Un minuto después, Emir Faccioli vio la segunda tarjeta amarilla y se fue expulsado. De este modo, Lanús se quedó sin la posibilidad de alcanzar el título, puesto que Vélez y Huracán se enfrentarán entre sí en la última fecha. ------------------------------------------------------------------------------------------ PESE A LA DERROTA, SE LOGRÓ LA CONSOLIDACIÓNEl empate en uno entre Lanús y Vélez, por la anteúltima fecha del Torneo Clausura 2009 que culmina en quince días, después del acto eleccionario, sacó al local de la pelea por el título de Campeón y a la vez le quitó dramatismo a la jornada final, que sin Lanús en carrera, se definirá en el terreno de Liniers entre el local y Huracán, el nuevo puntero. Si Vélez gana, se queda con el título. Con el empate, da la vuelta el Globito. Desde ese punto de vista, para los granates resultó doloroso. Lanús disputó una final que debía ganar sí o sí, ante su público, a estadio como pocas veces lleno y no pudo celebrar. Otra página de la singular historia granate acaba de escribirse, y no fue con victoria. Sin embargo tampoco resultó una frustración: Su gente despidió al equipo con un aplauso sincero y mayoritario, casi unánime. El equipo de Zubeldía, una vez más, fue irregular: empezó muy mal, mejoró con el gol, fue superior desde el comienzo del complemento hasta el empate de Vélez, pero no lo liquidó, y al final no pudo volver a torcer el resultado. De todos modos, mereció mejor suerte, pagó muy cara su ingenuidad y su falta de oportunismo, tanto para concretar como para decidir que estrategia aplicar en cada situación de partido. Cuando debía esperar, controlar la pelota y liquidarlo de contra, el rival ya jugaba con un hombre menos, Faccioli tuvo que ocuparse de Moralez y Martínez simultáneamente. Por eso recibió con espacios el “Burrito”, y por eso llegó tarde el “Polaco”. La torpeza para cometer el innecesario penal, sí, fue suya. Pero sería un error cargar las tintas en desempeños individuales. Lanús es un equipo que defiende mal, que no aplica presión y que cede demasiado terreno y pelota. Ha abandonado una parte importante de la naturaleza del juego, que es la disputa del balón, paso previo e indispensable para luego ejercer posesión, y con ella, convertir el gol, la moneda que rige en el fútbol. Se intentó aplicar una idea inédita y que, a esta altura es indiscutible, no ha funcionado. Cerrar este año calendario en el que Lanús por primera vez en su historia quedará en la cúspide de la tabla general del fútbol argentino, reiterando críticas ya efectuadas hasta el cansancio, sería una injusticia y una pérdida de tiempo. Mirar al futuro, que hoy mismo acaba de comenzar, es la mejor manera que tienen los granates de corazón de superar el mal trago. Porque más que nunca, el porvenir es auspicioso. Mientras tanto, el fútbol argentino sigue su marcha desquiciada. Hinchas de Independiente le arrojan jeringas con “sangre” a sus jugadores. A otros, directamente les ponen un “chumbo” en la cabeza. Los simpatizantes de los tradicionales animadores del fútbol argentino están viendo el desenlace del torneo por TV desde hace varias fechas. Y para colmo, las posibilidades reales de conformar buenos equipos para lo que viene, son escasas para todos ellos, porque sus arcas están vacías. ¿Invertir con Aguilar, con Comparada o con Sabino como administradores? Hay que ser algo más que valiente. Empieza para todos ellos un nuevo calvario. Nadie sabe como harán para seguir engañando a su gente. Precisamente por esto, el empate ante Vélez no fue una frustración. Varios objetivos primordiales han sido cumplidos por el joven entrenador Granate. Y el más importante, es que ha promocionado otra camada de buenos jugadores. Puede ser que en algún caso, necesite reforzarse para lo que viene, pero tiene de sobra valores de exportación. La continuidad del proceso necesita de un par de buenas ventas. Velázquez, Blanco, Fritzler, el Toto Salvio y el Pepe Sand, pueden ser requeridos de las ligas más importantes del mundo. Jadson, el Pulpito, Ledesma, Biglieri, Lagos y el todavía no recuperado Diego Valeri, por los de segundo orden, también muy poderosos. Los dirigentes de Lanús suelen sostener que no les gusta desprenderse de jugadores que no han actuado al menos dos años en primera. Aunque sin duda alguna se trata de una medida muy popular y de gran aceptación, habrá que replantearlo si aparecen buenas ofertas. Las piernas de un jugador están en riesgo permanente. Y mucho más en la Argentina, donde los terrenos, como el que presentó Lanús el domingo, sorpresivamente en muy mal estado, exponen a los futbolistas a un peligro aun mayor. Por eso, pese a las críticas que nunca ocultamos, decimos que Zubeldía cumplió, ya que comprendió la esencia del emprendimiento económico-deportivo que encarna Lanús. Queda mucho por mejorar, Luis y los dirigentes, escuchando a la gente y también a los jugadores, seguramente tendrán la inteligencia para corregir lo que se hizo mal, revisando principalmente la reiterada experimentación de tácticas y estrategias rebuscadas que terminaron confundiendo al equipo. Lanús se despidió del torneo convirtiendo un gran gol, con cuatro toques largos entre Fritzler, Valeri, Salvio y Sand, una síntesis del nivel de sus principales figuras. Presentó un marco multitudinario y pasional, brillando aun en la derrota, y por sobre todas las cosas, estableciendo una indiscutible supremacía sobre todos los demás, basada principalmente en una muy eficiente conducción institucional, sostenida con una cantera inagotable, y prometiendo para el corto plazo, por decantación, nuevas futuras conquistas deportivas en cantidad.
por Marcelo Calvente Fuente:http://corazongranate.blogspot.com/ ---------------------------------------------------------------------------------- | ||||||
HomeClausura 2009 Fecha 18: Lanus 1 vs Velez Sarsfield 1
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