Amplitud térmica

Amplitud térmica

El equipo de Zubeldía no termina de obtener una estabilidad de juego que lo muestre definitivamente firme. Pasa de actuaciones brillantes a otras regulares sin escala. Crónica del tanto y del tan poco.

¿Qué le pasa a Lanús que no logra sostener el buen nivel de juego en partidos sucesivos?
El Granate, en casa, le gana a Newell´s y Colón jugando bien, queda en la punta, es destacado como uno de los mejores equipos, y luego manca en la copa ante Everton y en el campeonato ante Huracán, haciendo un partido de esos que mejor para que te cuento. Luego, otra vez en Cabrero y Guidi, le da una paliza histórica a Independiente, es nuevamente vitoreado por todos los medios con la bandera del buen fútbol, defendiendo con goles y una soberbia actuación la punta del torneo. Todo indica que el paso en falso ante Everton y el Globito obedecieron a la falta de fortuna y de piernas, a la rotación, a malas jornadas. Envalentonados, vamos a La Paternal, a enfrentar a Argentinos Jrs. que marcha último, con todos los jugadores Granates a disposición, pero Lanús vuelve a dejar una pálida imagen y a caer de visitante.
Hay victorias y derrotas que deben explicarse aisladamente, en independencia del andar del equipo. Tanto la victoria en Jujuy ante Gimnasia de esa provincia como la derrota ante Huracán, deben ser separadas del resto, por motivos obvios; en ambos cotejos, el equipo presentado contó con mayoría de suplentes, incluyendo algunos debuts como los de Marchesín, Lugo o Carrasco.
Luego, hay que marcar un punto de inflexión tras los dos juegos ante Everton; sabiendo que la Libertadores es para el Granate ya más una epopeya que una competición, todo comenzó a pensarse fronteras adentro.
La cantidad de carnes y achuras tiradas a la parrilla por Zubeldía ante Independiente, no hicieron más que reafirmar esa idea. Blanco y Diego González llegan con lo justo, pero van al banco e ingresan un buen rato cuando el juego estaba chivo. Lanús no se guarda nada, hace un partido tremendo y gana por escándalo. Es más, acuérdese: en un futuro el clásico del Sur va a ser Lanús-Independiente y esta goleada va a ser traída a la memoria en cada enfrentamiento, mientras Racing continúe deambulando por los juzgados y Banfield dirima quién es más grande en Lomas de Zamora, si ellos, Los Andes o Temperley.
Pero ante Argentinos, Zubeldía mete un batacazo y da un golpe de timón en la defensa. Grana por Graieb y Quintana por Hoyos son dos modificaciones en cuatro puestos en la defensa. Parece mucho para un equipo que había jugado a un nivel más que elogiable.
El ingreso de Grana contiene una explicación más o menos clara. Antes de la lesión en su mano, el ex All Boys se había ganado la titularidad, a fuerza de buenos desempeños. Rodo había retomado el lateral desde el inicio en su lugar y era esperable que, luego se su paso por reserva, Grana recupere un espacio en el once inicial.
Lo que termina siendo casi imposible de advertir es la inclusión de Quintana. Con la dupla Hoyos-Viera como la zaga central titular, no vamos a decir en un nivel brillante pero sí con buenos desempeños, y con Carlitos fuera por el lapso de casi una rueda a causa de una lesión, nada hacía suponer esta modificación. Tampoco pueden encontrarse los motivos por el lado de la rotación: desde Alaska hasta las Islas Malvinas se sabe que la copa es una quimera, no solo porque se depende de ganar y esperar otros resultados para pasar de ronda sino porque, aún cuando este sodoku salga bien, Lanús clasificaría como uno de los equipos con menor puntaje (sino llega a ser el peor, va a estar ahí), definiendo siempre de visitante ante equipos poderosos. Siempre confiamos en Lanús, en sus jugadores, en este proceso, en el cuerpo técnico y hasta en los que cortan el pasto, pero el pájaro en mano era el juego en La Paternal, los cien volando son los partidos ante Chivas y Caracas, y no se explica de ninguna manera la ausencia de Hoyos. El entrenador manifestó, sobre la inclusión de Quintana, que “rotamos los centrales porque queremos tener dos equipos competitivos”. Realmente, no se entiende.
Otro desacierto fue la salida de Salvio. Blanco claramente debía ingresar. El 10 es hoy por hoy el mejor jugador de Lanús y su inclusión era tan clara como necesaria. Pero jamás debía salir Salvio. Toto es una pieza imprescindible en este equipo, titular indiscutido. Valeri, o Lagos en su defecto, eran los candidatos para ocupar un lugar en el banco para que ingrese Chucky. Pero el DT eligió sacar a Salvio, generador de muchos de los goles de Lanús. Cierto es que para esas dos posiciones, las de medio campistas ofensivos por las bandas, tiene a tres crack para dos lugares, y uno deberá quedar afuera cuando los tres estén bien y a disposición. Pero por el bien del equipo debería salir el que “menos bien” esté jugando, y hoy por hoy, ese es Diego Valeri.
Por otra parte, no está claro cual es el doble cinco titular. Sabido es que Fritzler es número puesto. Pero quien tiene el paraje a su lado no terminó de definirse nunca, producto de copa, campeonato, rivales y lesiones. También es conocido que Diego González arrastraba una molestia. Por ello, en esta le damos la derecha al entrenador, aún a juicio de pensar que Diego González debe ser el ladero habitual y genuino del Polaco Fritzler.
Otra falla del equipo, y grave, ya repetida, fue el primer gol de Argentinos. Lanús dispone de los once jugadores para defender los córners rivales, casi renunciando al contra ataque. Pero aún así, Canuto ingresó como Pancho por su casa para cabecear y marcar el primer gol. No criticamos el gol rival de pelota parada. A veces el contrario posee una destreza que supera a la propia. Por ejemplo, pueden saltar uno de cada equipo a cabecear, ganar el rival y marcar el gol. Lo que no se explica es la soledad de Canuto para anotar. Se dice de Luis Zubeldía que es un tacticista, un puntilloso, un meticuloso. Lo imaginamos, entonces, bastante encabronado por haber recibido dos goles (Esmerado más Canuto) en tres partidos, con estricta similitud. Este tanto marcó el partido, el desarrollo, obligando a Lanús a realizar el desgaste en todo el primer tiempo.
Luego de empatar, el prematuro error de Quintana en el complemento pondría otra vez al Granate a remar desde atrás.
Y no logró jugar bien Lanús, para nada. En esta visión tampoco coincidimos con el entrenador. Para Zubeldía Lanús jugó bien; y aquí se abren dos carriles: si lo dijo para afuera, para proteger a sus jugadores, para ser paternal ante la opinión pública, pero hacia adentro marcó los defectos que mostró el equipo durante los 90 minutos, todo fenómeno. Pero si el carril elegido es el otro, el de decir que se jugó bien cuando en realidad se jugó mal, y además creerlo, ese puede ser un carril peligroso, y habrá que ponerse el cinturón de seguridad. Si algo debiera imitar Luis Zubeldía de Ramón Cabrero, es la simpleza y la honestidad que tenía el sexagenario para contar el partido. Si el equipo jugó bien, bárbaro, a decirlo, y si lo hizo mal, lo mismo, nadie tiene por qué enojarse.
Zubeldía sabe, como lo sabemos aquellos que seguimos a Lanús, que el jugar bien de este equipo es otra cosa. Lanús hoy, con este plantel, sobre todo con la fortaleza del equipo que sale a la cancha, más algunas variantes muy interesantes en el banco de suplentes, juega bien de verdad. Y ante Argentinos no lo hizo. Tampoco fue un desastre, de ninguna manera. Es más, aún sin haber desarrollado un buen partido, no mereció perder. Tanto más tiene Lanús que el resto que aún cuando la colectividad falla, algún despilfarro de Salvio, de Lagos, de Valeri, de Blanco, pueden alcanzarle para ganar. Y tuvo dos chances claras para empatar, aunque Torrico evitó que fueran goles.
Esta es una nota muy “Diario del Lunes”, con el partido definido y la chapa puesta. Pero queremos decir que, desde nuestro lugar, jamás podríamos haber opinado antes, porque nos enteramos de esta alineación, de estos cambios, al llegar al estadio. Es más, para quien escribe, la sorpresa le fue dada por el Señor de la voz del estadio del Bicho. Y no pretendemos ajusticiar al entrenador, a quien queremos, respaldamos, apoyamos, bancamos, admiramos, aplaudimos cuando encara para la platea Esquiú. Es más, concebimos que haya jugado Salomón, entendemos el ingreso de Grana y bancamos la entrada de Blanco, aunque haya jugado muy mal. No así, desde ningún punto de vista, las salidas de Hoyos y Salvio. También, podría revisarse, y bastante, el tema de las pelotas paradas, tanto a favor como en contra, que tantos dolores de cabeza nos provocan.
Entonces, lo que manifestamos tal vez no cuente para lo que pasó, sino para lo que viene. No vamos a decir que la Copa ya fue, porque queremos que Lanús gane siempre hasta a la perinola. Pero la idea que mejor sienta al presente Granate es ir con un equipo totalmente alternativo a México, ver que pasa, si se gana bienvenido sea. Pero se deben apuntar todas las tanquetas al torneo local. Dicho esto, con el diario del lunes, pero del lunes previo.

Por Maximiliano Asurey
Fuente: www.lanus.com.ar
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