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| Si David Gilmour o Roger Waters hubieran nacido de este lado del muro (del de Escalada, obvio), quizás una actuación como la de ayer hubiera ameritado una reedición de nombre de aquella mentada obra y sería The dark side of Lanús. El Grana no mostró su faceta habitual, la que cosecha elogios a diestra y siniestra. Si hubiera sido un auto, dejó de ser ese Audi vistoso para transformarse en un Lada que te lleva de vacaciones también a la Feliz, pero con otras comodidades. Más rudimentario, menos lujoso, pero a buen puerto. Lanús ganó. Todos contentos. Rotó, tuvo en frente a uno de los 3 mejores equipos argentinos (sino el mejor de los últimos tiempos) y con una ferrea defensa le alcanzó para sostener una ventaja inicial conseguida por la joya que volvió a casa, el nene, el Toto Salvio. Si la nota la hacemos a ganador, diríamos que el Grana justificó su victoria con unos primeros 20 minutos interesantes, mostrando verticalidad en su juego por las bandas, donde generó dos clarísimas: una fue adentro, otra en el palo. La primera, pelota frontal que el voluntarioso e incansable Menendez (como cobró por ser su primer partido de titular… pero que manera de hacer experiencia) abre para el costado derecho de cabeza, para la subida de Eduardo Ledesma, quien conecta al medio para el anticipo de su tocayo Salvio, quien a su vez madruga al defensor bostero y puntea ante la una vez más estéril reacción de Abbondanzieri, quien ensayó una mueca de movimiento aletargado, como la de tantos goles que tuvimos que sufrir cuando ese individuo defendía el arco de la Selección Nacional. Golazo. La sorpresa por la tempranera apertura del marcador mostraba, en los primeros minutos, a un Lanús seguro y a un Boca aturdido, sin terminar de hacer pie en un campo complicado (literalmente). La otra gran ocasión vino también de una pelota aguantada por el Polaco que terminó combinando con Valeri y que el Fino definió con el desprecio que lo caracteriza y terminó dando en el palo. El Lanús clásico parecía ir avisando que en lo que seguía de su set se venia la hora de los lado B. Y así como tu banda favorita toca siempre tres o cuatros canciones que ni siquiera se editaron en ningún lado o parafraseando a un amigo con otro ejemplo pero de rubro, vestimenta en este caso, Lanús, que suele vestirse de frac, eligió el Overol y cual Gringo Tosco futbolero peleó por los derechos (futbolísticos) de los que menos tienen. Pasándolo en limpio después de tanta itálica, eligió esperar atrás y defender, sin tener tanto la pelota (diría que poco y nada) y cediendo campo también. Quizás Boca lo llevó a eso, quizás fue el camino más fácil que encontró Luisito ante un campo complicado y ante un inminente viaje de aquellos como lo es ir a Caracas (NdelaR: Atención muchachos de la 14: tierra de mujeres pulposas, los implantes mamarios son cubiertos por todas las obras sociales). Lo cierto que el partido, o mejor dicho, la última hora del partido, mostró a un Boca que manejó la pelota pero que dependió de las apariciones de sus individualidades para vulnerar el ferreo sistema defensivo Granate (los dos cincos cerquita de los centrales y la línea de 4 con casco de soldado, como en la producción de El Gráfico del ’95 con la defensa de aquel tiempo) y que a su vez, encontró en las individualidades de Lanús la razón como para, al menos, llevarse un empate. Si señores, como siempre fue fustigado en aquellas épocas que esperamos que sean solo parte del archivo, hoy decimos que fue fundamental a la hora de sostener la ventaja y hablamos de quien sino, que de Capitán Bossio. En esta campaña casi de bondad o resignación (elija la que le quede más acorde) o por que sino de justicia, de Mimálo a Chiquito que lo vas a ver en tus posters por el resto de tu vida, elegimos obviamente quedarnos con el vaso medio lleno de un tipo que una vez escribiendo en serio, hizo mucho en el plantel y de las cosas que no se ven dentro del campo pero que si hacen a la hora de formarse los grupos. Y viendo los resultados obtenidos, sumado al verdadero compromiso con la causa de los jugadores Granates, sería de necio no reconocérselo al verdadero líder grupal que tiene el plantel. Nos guste o no nos guste. Pero bueno, volviendo a lo futbolístico, Lanús luchó mucho, no mostró su juego de pelota al piso ni por asomo, le costó hilvanar cualquier jugada y laburó el triunfo como el más obrero de todos sus equipos. ¿Fue un justo ganador? De La Plata se fue sin nada habiendo hecho todo el desgaste. Si ayer Boca hubiera empatado, nadie estaría hablando de injusticia seguramente. Lo cierto es que el mereciómetro quizás se incline, en este caso, por el hecho de haber manejado la pelota, porque claras, tuvieron solo dos y estamos hablando de un dominio territorial importante, no menos que la mitad de un tiempo y casi otro entero. Pero bueno, ni los ingresos de Palermo o el chorizo Viatri le terminaron de dar la profundidad necesaria al equipo fecal para vulnerar el catenaccio granata que impusó Lanús. El Grana ganó uno de esos partidos que en otros tiempos empataba o perdía, y sin mostrar su mejor cara se quedó con tres puntos valiosísimos. Suma mucho más que una victoria este triunfo. Fue un éxito la rotación aunque en el juego se haya resignado calidad. Se ganó mucho en cuanto a lo combativo se refiere. Y a veces, las finales hay que jugarlas con esa actitud, la que mostró ayer Lanús, siendo más Craveros o Pelletieris que Morales o Blanquitos. Se gana en confianza y se siguen superando vallas. Es larga la carrera, hay que ir de a poco y superando los objetivos, jugando cuando hay que jugar y metiendo cuando hay que meter. Se viene un partido chivo ante un rival amigo de los gélidos (recordar que cada vez que visitan el país, eligen el Rasty Antártico como base de operaciones): el Caracas FC, de la hermana República de Venezuela. Al menos, los hermanos de la nación de Cathy Fullop, Metadol y del siempre querido Hugo Chávez, visten el más hermoso de los colores a la hora defender su nación futbolera y es sabido que entre los fanáticos de ese deporte, el Lanús argentino cosecha muchos adeptos por vestirnos de gala tal cual ellos. El Grana necesita traerse un buen resultado si el objetivo es la conquista de América. Allá vamos, confiando ciegamente en los que nos dieron, las mejores alegrías. Por GC. A Mary, gran Talismán Granate, y a Vivi y Naty, dos Granates que aman como nadie al más hermoso de los escudos. Fuente: www.lanus.com.ar ----------------------------------------------------------------------------------------- ----------------------------------------------------------------------------------------- Hace clic en la imagen para agrandar.  Fuente: http://www.ceroacero.es/jogo.php?id=689951 | ||||||
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