Papá Noel se vistió de granate
Estalla el Sur y es una locura de gargantas que recibe y alienta a sus gladiadores. Vibra el Sur y como en una escena repetida varias veces a lo largo del torneo, cabecea y aprieta el puño con el enorme "Pepe" Sand. Salta el Sur y como un resorte se estira y se eleva con "Chiquito" Bossio para ahogar el grito de Bueno. Escucha el Sur y se siente más cerca de la gloria cuando desde La Paternal llegan noticias que lo favorecen. Sufre el Sur, porque por culpa de un tal Palermo que empata el juego, el suspenso se extenderá por un rato más. Explota el Sur, porque Pezzota pita el final y ese día es hoy y Lanús, el humilde pero gigante Lanús es el mejor de todos, el campeón. Sonríe el Sur, con los pibes Blanco, Pelletieri , Fritzler y Acosta que siguen corriendo, jugando y metiendo como a lo largo de todo el partido. Se emociona el Sur con los viejitos Bossio, Graieb y Ribonetto que con paciencia y profesionalismo esperaron siempre este momento. Lucha el Sur, con cada trabada, cada despeje y cada remate de Hoyos y Velásquez. Goza el Sur, con los destellos de calidad aristocrática de Diego Valeri. Aplaude el Sur a un señor con mayúsculas como Ramón Cabrero, que intenta por enésima vez contener a esos rebeldes cabellos blancos y que sabe que es uno de los padres de la criatura. Valora el Sur, a un pibe de la casa como Luis Zubeldía que por culpa de una lesión colgó los botines pronto, pero ahora se da el gusto como ayudante de campo. Abraza el Sur, a todos los que participaron jugando mucho o poco, pero que fortaleciendo al grupo apoyaron poniendo el objetivo grupal por delante de las ambiciones personales.
Lanús es el legítimo campeón del fútbol argentino y con el grana celebra una idea, un proyecto. La apuesta al trabajo de las inferiores, la convicción del proceso con base firme y sólida. La consolidación de la humildad para crear en silencio y la grandeza para festejar a viva voz.
El equipo de Cabrero tomó la punta a seis fechas del final y nunca más la soltó. Se bancó ser banca, y después de un comienzo frío y con alguna duda, se fue transformando en el mejor. Le ganó a los dos últimos campeones( San Lorenzo y Estudiantes) y a su enemigo por el título (Tigre). Se fortaleció anímicamente luego de la eliminación en la Sudamericana y jamás se apartó de su libreto. Tuvo en José Sand al jugador más determinante del cierre del torneo, en los pibes la frescura para ser inconcientes y en los experimentados el equilibrio para nunca marearse y sostener los pies siempre firmes en la tierra. Ese grupo de héroes arracimados en la mitad de la cancha, festejando en la imponencia de La Bombonera y unido a la distancia con los privilegiados que ocuparon la popular y los más de treinta mil que acompañaron desde su propio estadio observándolo en pantalla gigante, ya ocupan la primera página del libro dorado del club en el recorrido de sus noventa y dos años.
EL Sur está de fiesta, el Sur es un carnaval. Los recuerdos se amontonan y se mezclan. Desde Guidi, DaPonte y Nazionale hasta Gilmar Villagrán. Desde los albañiles Acosta y Silva hasta Cúper, Ibagaza y la Copa Conmebol. El día llegó y el querible y muy respetable granate está en la cúspide del fútbol argentino. Honor al nuevo campeón y aplausos por su coherencia y su criterio. Un 2 de Diciembre el Apertura dictó su sentencia y habitantes del sufrido Sur la cumplieron a rajatabla. Fue una orden y el deseo de la mayoría. Hágase Lanús... y Lanús se hizo.
Autor:Román Iuchtfuente:www.lanacion.com
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